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mostrada siempre que el coro cantó a capella ... , pero sobre todo en los setenta y seis compases del Domine Iesu Christe -más animados que el moderato metronómico- y en los diez compases del responso final, la modulación de mi menor a sol menor, en los que Eraso prescindió del acorde inicial del órgano... .dio una nueva lección de lo que es cantar e interpretar, y cantar no sólo por señas sino con todo el cuerpo y con agógica impresionante, como en el Libera me, en que graduaron incluso la gama de los «forti» sin gritar nunca». El mismo crítico había escrito (D. de N., 6-III-82) después del Concierto de Semana Santa en La Catedral de Pamplona: «... El programa era amplio, agotador, heteróclito pero no disperso ni comodón .... dieron una lección continua de vocalización, de ductilidad sonora, de limpieza tímbrica y de equi– librio -salvo algunas dificultades de los tenores- y de afinación, menos en Poulenc. El sentido coral y la respuesta del grupo a las exigencias de Eraso, maestro y artífice de este instrumento, fue– ron siempre apreciables y en algunos momentos de muy alta cali– dad. La perfecta agógica, la expresividad cabal, a veces un poco recreada, y el empaste de las cuerdas, más una respiración ajusta– da a las exigencias del fraseo de cada voz, alcanzaron cotas de difícil olvido ... concibe el canto coral y la polifonía como activida– des humanas basadas en la materia y no en estéticas espiritadas y apenas suspirantes. Los cantores de Eraso son seres de carne y hueso y sus interpretaciones resultan convincentes y directas ... ». (Mahler, 1860-1911) había dicho: «hace música el ser humano que piensa, siente, respira y sufre». La observación que hace el crítico sobre la afinación en Poulenc es cierta, pero no en su atribución. En el último número el coro estaba en tono, y el desajuste que se percibió al entrar el órgano, era debido a que éste no está ajusta– do al diapasón de «la, 440». Unos días más tarde añadía: «Ya quedó dicho que fue una tarde de difícil olvido, a menos que una pronta reaparición supere la belleza y calidad de aquella velada». El lector puede con estas notas perfilar la síntesis estéticas del coro. Los programas «La música es un océano, pero el repertorio es apenas una alberca» (Aldous Huxley), afortunada observación que también puede aplicarse a la Coral. No es la exuberancia de su repertorio -siendo amplio- lo que ha llamado la atención, sino la selección. 43