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Desgraciadamente Gilij, más preocupado por summ1strar algo legible y atractivo, que una presentación penetrante a fondo y fundamental de los idiomas americanos, no nos proporcionó algo que fuese más allá, y para lo que su estancia de largos años en América y su exacto conocimiento del tamanaco y del maipure y su vinculación con los restantes ex-jesuitas repatriados le habían colocado en excelente posición. 21 . Gilij no se adentró en la individualidad de cada idioma particu– lar, sino que quiso proyectar una imagen general de muchas propiedades captadas someramente. Pero se hace evidente también que en este tipo de idiomas, el tratamiento a fondo en lo posible de cada uno, tiene mucho más interés para el estudio del lenguaje, que el intento de alcanzar una visión general . . . 1 . Así, para dar un ejemplo, un diccionario muy completo de los abipones por Dobrizhoffer, que inútilmente me esforcé en buscar entre sus parientes o hermanos de Orden. La parte no impresa de las colecciones de Hervás, la cual está totalmente dedicada al contenido gramatical y es más importante para el estudio del lenguaje que su parte publicada, des– cansa en el Colegio de los jesuitas en Roma, donde su consulta es facilitada con gran complacencia. Yo mandé encargar en vida del benemérito hom– bre, durante mi estancia en Roma, una copia de sus ensayos. Y puesto que éstos no habían sido bien tomados, pude hacerme, por la bondad del minis– tro prusiano en Roma, Señor Bunsen, una nueva y cuidadosa copia. Mi primera copia fue utilizada de forma muy incompleta, por el difunto, por muchos aspectos meritorios para los estudios del lenguaje, Vater en el Mithridates, aunque según el fin de esa obra, que debía contener sólo cortas noticias. 9. Respuestas dadas por el P. ]osé Francisco de Caracas al interrogatorio del año 1813 7 . Si se les conoce (a los indios) alguna aplicación a leer y escribir en sus respectivos idiomas. Si lo hacen en nuestro papel o en hojas o cor 0 teias de árboles o de plantas, expresando las que sean por sus nombres. -Y sobre el sétimo digo: que, o más bien, ninguna aplicación se conoce en nuestros indios a leer y escribir en sus respectivos idiomas. Yo lo atribuyo a su natural inacción e indolencia y •que de ésta procede el no

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