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en él, promueve las escuelas en castellano, y 'al contrario el que sabe el idioma, siempre habla en él y mira con poco aprecio el castellano, enseña la doctrina en el idioma y no pocas veces deslizándose en errores, porque es muy difícil o casi imposible explicar bien en otro idioma los dogmas de nuestra santa fe católica, sobre que han tratado tanto los Santos Padres y teólogos, especialmente en los misterios de la encarnación y eucharistía, para afianzar y purificar las expresiones; y no procurando desterrar los idio– mas, acontece que un clérigo de menos mérito, de bajo nacimiento y tal vez de peores costumbres, logra por saber un idioma un curato que debía ser premio de un sujeto más •condecorado. Que en los colegios de México, Puebla y otras capitales se educan los jóvenes más distinguidos en nacimiento y habilidad, y es cosa dura que después de fatigarse en el estudió de facultades mayores, vean ser promo– vidos a curatos clérigos de idioma que que a lo más han estudiado una suma moral, pues cuesta mucho trabajo y desvelo el aprender los españo– les .otro idioma, cuando no se han criado con los naturales, por lo que su dictamen no era ni podía ser que por ahora se dejasen sin ministros del idioma a los pueblos, sino que se pusiese el principal cuidado en que los párrocos no pierdan por saber sólo el castellano, aunque podrá suceder que si al principio de la conquista se hubiese puesto todo el empeño en enseñar a los indios el castellano, en menos de medio siglo se hubiera con– seguido; lo cual ha consistido en que al principio los regulares vincularon en sí los curatos manteniendo los idiomas, y después que los seculares los han aprendido, ha sido transcendental el perjuicio, procediendo en esto contra la práctica de los conquistadores, como los romanos introdujeron su lengua en las naciones conquistadas. Que para que este mal se remedie, le parecía también que si fuese de mi Real agrado se encargase a los obispos que en las propuestas que se hacen para curatos, se atienda únicamente al mayor mérito aunque ignoren el idioma, con la obligación de tener los vicarios que fuesen necesarios, respecto de que podía alegar casos de haberse hecho provisión de curatos de templos de puro idioma en clérigos sin él, como sucedió en Xumiltepec, que es de aquel arzobispado, Huaquichula, San Phelipe y Totomehuacan, en el obispado de la Puebla, y haber logrado en pocos años que los indios confesasen y supiesen la doctrina cristiana en castellano, en lo cual nada se perjudicaba a los clérigos nacidos en aquellos países, antes se seguiría el mayor beneficio a las dioócesis en tener por párrocos sujetos criados en seminarios de mejor· porte, de más letras y más desinterés que los clérigos -59-

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