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y cada nación es diferente la una de la otra, y no existe una lengua general en que todos hablen." c) La respuesta dada por las autoridades de Trujillo fue la siguien– te: "No hay más de una lengua sola en toda la provincia, porque hay cierta parte de la tierra en que los naturales se llaman timotes, y la len gua es toda una y se entienden." d) La respuesta dada por los de Barquisimeto fue la siguiente: "Las lenguas que hay en los términos de esta ciudad, son: ajaguas y cuibas y coyones y camagos y gayones, y unos pocos xideharas y chipas y caquetíos. Esta es la mejor gente, aunque es poca y la lengua que más generalmente se habla en este pueblo y sus términos, es la suya, porque son amigos de cristianos y siguen más nuestra amistad y de esta manera se ha quedado esta lengua más general en esta ciudad, que otra ninguna." e) Los de Maracaibo, respondiendo a la pregunta, dijeron: "Es gente delicada de entendimiento, inclinados a su libertad, amigos de hablar la lengua española y précianse de andar vestidos. Es gente enemiga del tra– bajo por el gran vicio que tienen del pescado. La gen.te que vive en el agua se sirve de canoas; los que viven en tierra no las usan. Hay cuatro lenguas diferentes entre los indios que viven en el agua, aunque en parte se entien– den unos a otros. En la tierra, en una comarca de 20 leguas, hay siete lenguas y no se entienden unos con otros, a no ser con intérprete. Parte de ellos tienen guerra unos con otros." (A. Nac. de la Hist., vol. 70, Relaciones Goegráficas de Venezuela, págs. 112 a 212). 4. R. C. para que en los reinos de las Indiaj se destierren los dife– rentes idiomas de que se usa, y sólo se hable el Castellano. Aranjuez, 10 de mayo de 1770 El Rey. Por cuanto el muy Rdo. Arzobispo de México me ha repre– sentado en carta de 25 de junio del año próximo pasado, que desde que en los vastos dominios de la América se propagó la fe católica, todo mi desvelo y el de los señores Reyes, mis gloriosos predecesores y de mi Con– sejo de las Indias ha sido publicar leyes y dirigir Reales cédulas a los Vi– rreyes y Prelados diocesanos a fin de que se instruya a los indios en los dogmas de nuestra religión en castellano , y se les enseñe a leer y escribir en este idioma que se debe extender y hacer único y universal en los mis- -56-
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