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ojos y hemos descorrido el velo de esta nuestra riqueza literaria en los centros de enseñanza media y en las universidades de dentro y fuera del país (11) . En esta tarea, comenzada como antes dije tímidamente el año 1928 y desde entonces estimada y estimulada por una que otra per– sona, ahora ya aparece como un renglón en la institución para el "Rescate de la Cultura Nacional", que lleva el nombre de Manuel Segundo Sánchez; y en el sector de "Fondo no Bibliográfico" se tiene en cuenta la formación de Logotecas y filmación de documentales de la vida cultural indígena. Hemos podido informar que algunas crea– ciones literarias de los Pueblos Indígenas Venezolanos circulan ya traducidas al castellano y además al inglés y a otras lenguas. Creo que todo lo que se diga de estos canales de afluencia, que se han abierto en los últimos cincuenta años, de las lenguas indígenas .al castellano y no sólo en el nivel de léxico, sino también y con más abundancia en el nivel de creaciones literarias, está más que justificado por la realidad de los hechos, cada vez más abundantes y en visible aumento. Prometemos no tomar de aquí motivo de vanagloria y sí estímulo para proseguir en lo que es nuestra obligación. Quod debuimus /acere, fecimus. En la historia de cómo se han ido desarrollando las cosas en este medio siglo, ocupan un lugar distinguido (por lo menos visto desde nuestro lado) tres hechos. He de repetir que después de aquellos comienzos gloriosos en las misiones del Territorio Delta-Amacuro y de la Gran Sabana en el Estado Bolívar. Estos tres hechos son: l. La fundación de la revista Venezuela Misionera el año 1939 como órgano de Estudios Venezolanos Indígenas (E. V. I . ) , que subsiste hasta ahora; 2. La vía que le abrimos a la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle hacia las Ciencias Antropológicas el año 1944; 3. La cátedra que la Universidad Católica Andrés Bello les concedió el año 1968 con la fundación del Centro de Lenguas Indígenas Venezolanas. No ignora– mos ni nos hemos callado nunca otros hechos menores que se reali– zaron, y otros focos que se abrieron durante estos mismos años; v. gr., en fa Comisión Indigenista Nacional (que ha ido peregrinando desde el Ministerio de Relaciones Interiores, al de Justicia y ahora al de Edu– cación), en la Universidad Central de Venezuela y en las Universi– dades de Los Andes y del Zuliá. Discúlpenme no señalar otros centros 'menores o de última hora. -45-.

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