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que perseveran / Pero lo que era consoladora realidad ayer, es sueño irrealizable hoy / Los peligros que asediar\. ¡QUIERO SER MARTIR! a la inocencia, los lazos que se la tienden apenas es flor en capullo, la envenenada atmósfera de con– versaciones lúbricas, lecturas J?-9Ci.– vas, espectáculos provocativos q.ue, respira, atrofian sus sentidos y ma– logran muy prematuramente lo¡ deseos de consagrarse a Dios e:t\. seminarios y conventos / Y si el vicio madruga tanto para seducir almas jóvenes, ¿andará dormida la virtud para ofrecerles seguro refu– gio en estos Colegios, donde la vo– cación p:t:'.~servada de estos acérri– mos enem'.-igos se pueda manifestar clara algtln día y formar un religioso santo que asegure., la salvación de su alma? Si la vocación no se despierta, nada pierde el niño al regresar a la casa pate·:rna, porque., amén de la esmerada educación religiosa, lleva consigo un copioso bagaje de conocimientos científicos, que le., facilitan en gran manera el acceso a otras carreras y le., aseguran un porvenir en c¡'ue jamás hubiera soñado. La finalidad del Colegio Seráfico reviste, pues, los carac– teres de obra divina / Formar a los futuros misioneros, a los futuros apóstoles, a los futuros hombres de ciencia, a los futuros hijos de San Francisco que lleguen a ser otros «nuevos Cristos», y fecundos redentores de almas en el campo que la obediencia les señale / La eficacia de., 11 -