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Román, los fundadores, salen de Tumeremo hasta Santa Elena de Wairén, la primera Misión establecida en la Gran Sabana; valle al cual habían arribado los misioneros el 28 de abril de 1931, veinticuatro días después que Gallegos había partido a Nueva York. Y en este viaje hacia la exploración del territorio de la Sabana bolivarense, por ser el referente del discurso galleguiano que nos ocupa, es necesario revisar en qué estado se encontraba, no sólo el estudio, sino el conocimiento yvaloración tanto de nuestras lenguas indígenas como de sus habitantes, al igual que los aportes -por ellas proporcionados- en el desarrollo histórico de la lengua castellana. Los estudios de los jesuitas José Gumilla, Felipe Salvador Gilij, José Rivera y Lorenzo de Hervás y Panduro, por citar a algunos, contribuyeron, en el sigloXVIII, ala clasificación delas lenguas, concebidas en laOrinoquia, "como el universo del hombre"; pero, también, es oportuno resaltar los esfuerzos de los venezolanos 16 BartoloméTaveraAcosta, Ene/sur, 1907; Luis R. Oramas, Estudio sobre la lengua yaruro y etnología venezolana, 1920; Alfredo Jahn, Los aborígenes del occidente de Venezuela, 1927 y my especialmente el esfuerzo de Arístides Rojas, Estudios indígenas: Contribución a la historia antigua de Venezuela, 1878, y de Lisandro Alvarado, Observaciones sobre el caribe hablado en los llanos de Barcelona, 1917, quienes reconocieron que la lengua espafiola se criollizó en este continente, al igual que se criollizaron los espafioles porque "los espafioles trajeron y dieron, pero también recibieron y llevaron".17 No obstante, este criterio no era unificador de la posición crítica del país ante las lenguas indígenas; hubo intelectuales que pregonaron la ignorancia, el salvajismo y la incultura como rasgos inherentes y tipificadores de estos grupos, tal es el caso de Julio Calcafio, quien en su obra: El Castellano en Venezuela, (1897), aseveró: Por más que con gramáticas y estudios especiales se quiera hacer ricas tales y cuales lenguas de nuestro territorio, como el caribe, el cumanagoto y elgoajiro oguajiro, los PrimerVicarioApostólico del Caroní-acompañado por FrayCeferino de laAldea-llega hasta la "escalerade bejucos" y Luepá. Allí observó la penetración de losAdventistas ingleses --<¡uienes tenían construcciones en la zona desde 1922-yse habían apropiado del terreno y lo consideraban parte de British Guiana -tal y como lo testimonian los membrefes sellados que ellos utilizaban-. Por este motivo, Monseñor Nistal, en carta de fecha 27 de septiembre de 1930, solicita, al Gobierno Nacional, la expulsión de los adventistas del territorio venezolano. (Para mayor información, v. Fray Cayetano de Carrocera, "Funda– ción de la Misión del Caroní", 319-333). 16 Nos hemos referido, exclusivamente, a los autores venezolanos, lo cual no implica un desconocimiento de la labor de los extranjeros como Humboldt, Luden Adam, Ch. de Goeje, George Gaylord Simpson, el Conde de Viñaza, Bartolomé Mitre, Paul Ehrenreich y Alexander F. Chamberlain, entre otros, por escaparse de los objetivos de esta nota. 17 Cesáreo de Armellada, "Influencia de las lenguas indígenas venezolanas en la lengua española", 71. 127
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