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que la india tal, yendo por agua a la quebrada, vio a Kanaima y se enfermó; que tal otro, andando de caza, oyó sus silbidos y sus lloros como de un nifio; en fin, que los indios de tal caserío tuvieron que mudar su vivienda por abundar los kanaimas y que los de tal otro mataron dos o tres kanaimas a machetazos. De modo que las conversaciones sobre este asunto son el pan cotidiano de los indios. Y, aunque sus ideas sobre este asunto no seanmuy unánimes ni muylógicas, en general afirman lo siguiente: Que los Kanaimas son indios Pichaukok; no son seres mitológicos ni demonios, sino indios de otra raza preexistente en estas regiones. Que los Kanaimas son muchos; que hacia el Venamo, lru-tepui, Kama, etc. (lugares más remotos y deshabitados) viven en casa de piedra o debajo de las piedras. Que el Kanaima generalmente no ataca a los indios cuando son varios, sino al encontrar alguno solo a que va rezagado. Que el Kanaima suele esconderse detrás de algún árbol, que esté en la vera del camino; que ataca primero dando ramalazos en los ojos o enredando con bejucos; que luego cae a palos sobre su víctima; y que finalmente le sopla (soplo mágico) en la cabeza y en los pies para que se enferme. Que ordinariamente los indios no mueren en manos del Kanaima, sino varios días después; y que tampoco deben decir que vieron a Kanaima o que los agarró Kanaima, sino que vieron tigre o tropezaron con un palo, etc., hasta que no pasen el peligro, pues de lo contrario se enfermarán más. Que el grito de Kanaima (digamos el santo ysefia), cuando ataca con otros compafieros es ¡sové o soé! Que por ningún motivo ni nunca el Kanaima ataca a los que no son indios. También dicen, dotando de propiedades mágicas al Kanaima, que éste algunas veces se convierte en zorra y va a escarbar en las sepulturas de los indios muertos por él; y que otras veces se convierte en Auoineripué, ser legendario que bebe el líquido de los cadáveres en descomposición, que es su kachirí y con el cual se enloquece. Finalmente, que el Kanaima hace estos males a los indios por venganza, pues ellos los expulsaron de sus tierras y por envidia, pues son más pobres de carotas que los mismos indios. Y así tenemos en conclusión que el Kanaima es el coco y más que el coco de todos los indios; una especie de manía persecutoria, que se ha apoderado de sus débiles cerebros; una enfermedad casi incurable, pues creen que no hay remedio posible para el que fue agarrado por Kanaima y que no queda otro 134

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