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XXVIIrI Lo que hemos ordenado una y· otra vez acerca de los viajes de los frailes .volvemos a record/;.lrlo a to• dos por tercera vez, para .que al fin se giiarde. con más diligencia; pues,. aunque es cierto que et ejercicio. del sagrado ministerio o de las obras de' apostolado lleva consigo el salir con· n1ás. frecuencia del convento, tam– bién es ciertísimo que toda salidd innecesaria es cau– sa muchísimas veces de disipación y admiráción o escándalo del pueblo, y de que en consecuencia dis– minuya la eficacia de nuestro apostolado, de modo que la voluntad y el deseo sincero de un apostolado provecho¡,o aconseja más bien una· guarda diligente del •reHro que demasiadó fáciles salidas del convento. XXIX Puesto que las relaciones poco d.:scretas con las mujeres o aun con los niños son u11 peligro para la virtud e impiden muchas veces la eficacia del .aposto– lado, recordamos a todos los preceptos de la Regla y de las Constituciones; y además, hacemos nuestra la Í.'Xhortación del Sumó Pontífice a todos los Sacerdotes: • luzgamos particularmente oportuno exhortaros a que ai dirigir las asociaciones y cofradías de mujeres, os mostréis· como conviene a los Sacerdotes; evitad toda familiaridad; cuando es necesaria vuestra colaboración, pres~ad_la como sagrados mi:tí~tros; y. al. diriqir ~sas -sociacwnes, vuestra parte hmitese a lo que requiere ~¡ ministerio sacerdotal, Creemos, además, que está muy conforme con estas eXµortaciones el que nuest.ros J11¡:.~les eviten cuidadosamente el aparecer en fótogra• ~~~s juntam::mte con mujeres, ·especialmente con l::;;- JoV~nes. • • \ \ \ \ \ \ \ 23