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lás que los re}~ioSos pueJlall ti.alilar •10s libros .qu,e n~ cesltail pá~.a fottientar su propia cultUJ."a. • •• PARA EL APOSTOLADO EN·G;ENERIAL xnv Lo mismo que en otras materia.s, así también en el ~jercicio del sagrado mini,sterio, hay que desconfiar del espíritu de novedades y es .Preciso proceder con muchn cnutela en favorecerlo o fomentarlo, porque la novedad, como dice el Sumo Pontífice, de ningún modo es indicio ·de verdad, y sólo es Zauda"f>Ze aquella que • confirma Za.· verdad y al· mismo tiempo •Ueva, 4 ta rectitud y a lq virtud, Ajústense, pues, a este supremo principio todos los nuestros, no sea que. deban ser con– iados entre aquellos que favorecen ei deaieo de novEí– dades tanto más cuantó menos dotados se hallan ~ doctrina • y de vida seria. (le modo. que con su indul– gencia, en reprobar las innovaciones no sólo debilita11 la fe de sus espíritus, :;;ino qu~, arruinada su propia fama, ex.tenúan la eficacia de su sagrado ministerio. Deben todos precaverse con el mayor empeño ge que mi.entras trabajan por traer a los otros a la fe y a las buenas costumbres,. no se hagan ·ellps mismos . réprobos; lo cual puede ocurrir más fácihnente en .nuestros días en que los errores que se van infiltran– do se presentan muchas veces bajo apariencias de verdad,· y sus defem;Ort;S s~ben emplear muy bien :tí;l~ laces atgumentl!>s; y por otra parte el espíritu:: del,mun:.. do no pocas veces aparta a los ,mismos ·religiosos de- la aust~ridad: .de Cristo y de sus Santos bajo capá de P(Ogl'eso.. Ev:itárán e:;;tos peligi:os si saben ;fomentar en si mis:rpos una devoción interior •verdadera· •esjie- '4!<\~ente hacia el Santísimo ~ramento y la S$i– ii1Jima •Vú:g~n, y al mismo tiempa i;rócuran no' de$~ t6

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