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caci9n !ihe tiép.dl ;lh etclú.Jiyáfltéil,t~, pór éjetfi\:l}p ~r medió iie ejérdcful; cofpotálés p1iblfcbs, á fdffientitr las facultades meramente humanas. V :E)erci.Ü!nsé adélftas ciíkiadbsá'lti.ente lo¡¡ ,asffr~ntés a nuestra Orden, también con la intención de éjet~ cer un apostolado provechoso, en las virtudes pro– pias de nuestra vocación ,t~ligiosa y apostólica, como son la humildad, la obediencia, la pobreza, la casti- da~ y ll). fE;¼p,a <le t94.ªS.:¡ l~ ~ª'i;~~d, Me,P?p }9 ~fry:i.á~, c;'ólll,q e~ta. b1~~ 4emps,traq~ P!J:t" ll,\. etper.~sn~~é:l, SAP,S\t· ~yeñ. 'éi. s~cretq d.~ Jodo aP,Qi'!t\:!lag,i:>, fi;uct,íf,er9. Ma~ ~l hti~.mo tjtlmtx> , .t~fl.g~S,e solíej.!~,, :~~itdq <;l~, s~ t9rn:rn– ci!Sn físJc.t i. ps;,n4ic~. n9, e~clqye~ q, a11uell~,,eJ!1tC¼~ c,tos ;cothotales .Ql'iC cRnvJenen.,;~ .!lll:~sti:q est~~r ~á.J.:\\ ett\:at. en J~l cµ@l. c:Y xjyit:, ~µ él útilmente -se necesita también •una sálud excelente. VI Aflté t'ódá:s las ·cosas i'n.cúlquese a nm~stros re!j;'gio: sos lá 'éóntm:ua ih'litátión d:e· Nuestro Señor ITesucti~ y fa plena y m'ás . '.fi'el pósibi-e conformidad ton El., J;io'rque ·esto cónstittlye la • suprema meta dé nuestra vida religiosa y at:,o'stólicá; como ta'mbiéri de todo ver~ dadero •apostolado, según enseña el Sumo Pontífice: Por un apostolado de esta clase no puede menos de suceder que el Sacerdote atraiga fuertemente haci(1, :;í , con w7,ia fMrza superior las almas de todos; pues c9mo '?'leva e-p, SÍ mismb y en sus CóSttfmbr~s. una co– tnp ifnlit;íin 11iva efe. J'eslii:cristó, tbdós 7:os que ro-¡}en s~ 't~dcioné's, 'obLigadb's )>ór. una ínti-rna persU:asi/5», reco– fl:o,ceriíh fáditme'rite. q'tle i?t ?'to habla sus palabras pro– pias, •~foó las dé Bios, y que igualmente obra no por su virtud, sino i,o'r la lte Diós. VII La adatítación de nuestro apostolado a las neceSí~ 12