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EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL. UNA ESPIRITUALIDAD QUE QUIERE ALCANZAR A DIOS 797 la creación, en la imagen expresiva que propone Is 65,25 donde conviven aquellos animales que, en principio, son incompatibles. En esta comprensión simbólica, el Cántico podemos verlo como una composición poética de reconciliación o como un canto a la vida, una lla mada a vivir desde una humanidad consciente, implicada.., con sus matices peculiares y propios. No cabe duda que al haber sido elaborado en distintos momentos y contextos, logra una resonancia propia y particular, sin quitarle coherencia ni disminuir por ello la unidad estética de que está dotado. Y, en este sentido, lejos de ser un lí mite el Cántico se proyecta como simbólico en un doble nivel: pues lo es para nosotros que nos enfrentamos hoy a su expe riencia y contenido concreto, pero lo es también para el mismo Francisco, que pone letra a su experiencia. Parece necesario volver a insistir en el hecho de que el texto tiene una conexión y una referencia directa e irunedia ta a sus diversas experiencias, de las que el Cántico será una expresión viva y poética3, fruto de un estado de ánimo alegre, de alguien que ha sido capaz de asumir sus propios lí mites. Las experiencias de Francisco, a su vez, se convierten en multiplicado ras para otros. Y esto tiene sentido porque el Cántico tiene presente el hondo sentido creyente y cristiano del mismo Poverello, sin obviar también una simbologí a universal, que habla de otros contextos y lenguajes. Lo intere sante, en este sentido, es que resulta fácilmente comprensible para todos4. El suyo es un lenguaje simbólico de relaciones y correspondencias profun das, que tiene vinculaciones y referencias con los arquetipos primigenios del hombre, al tiempo que emerge un inconsciente colectivo, pasando por un proceso de honda maduración. Así , la espiritualidad sanfranciscana y posteriormente la teologí a franciscana, han expresado esa convicción pro funda, que une al hombre con las criaturas, por ser todo obra de Dios. Fran cisco vive las criaturas de Dios como í ntimamente relacionadas en una única familia de la creación, siendo capaz de considerar a todas las cosas como hermanas y hermanos nuestros. Así lo expresaba Jesús Sanz: “Este cántico franciscano no es un simple poema, ni una plegaria sin más, sino que tiene detrás toda una vida de búsqueda, de correspondencia entre lo que los ojos de san Francisco no dejaron de buscar, lo que palpitó en su co razón creyente, y cuanto fue descubriendo como regalo inmerecido que le hermanaba con toda una creación que tení a en común su divina providencia”5. El Cántico es un intento firme y serio de difundir —a un nivel popular— un acercamiento a la creación como relación, como fraternidad universal. Y, 3. A. Rotzetter, Francesco d’Assisi. Memoria epassione, Messaggero, Padova 1991, 128-131. 4. E. Leclerc, El Cántico de las Criaturas, Arantzazu, Oñati 1977, 46. 5. J. Sanz Montes, San Francisco de Así s, compan’ií a para nuestro tiempo, Encuentro, Madrid 2021, 334.
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