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EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL. UNA ESPIRITUALIDAD QUE QUIERE ALCANZAR A DIOS 817 dor, se salva... y de ahí esa última estrofa, como una llamada última a abrir- se a Dios y ponerse en sus manos, de tal suerte que la muerte segunda sea una oportunidad. Precisamente por ello Eloi Leclerc afirmaba que “el Canto de las Criaturas es el canto del hombre salvado y reconciliado con todas las cosas”46. — Alabanza al Creador Loady bendecid a mi Señor~ y dadie gracias y servidie con gran humildad. El Cántico llega a su fin. Los dos últimos versos lo resumen todo. Fran cisco quiere que la alabanza se eleve a la gloria del Padre. Esta alabanza y bendición tiene dos elementos básicos: acción de gracias y obediencia. Francisco rinde gracias a Dios por el mundo, “por el acto creador que lo ha hecho pasar del no ser al ser, asignando a cada criatura un puesto predesti nado en el conjunto”47. El mundo pasa sin tener nunca un pensamiento de gratitud hacia Aquel que le da la vida y que la crea de manera permanentemente, al tiempo que la preserva. Dar gracias a Dios es servirle: cumplir su voluntad en la tierra como en el cielo. Todo esto es grande, los ángeles en los cielos más altos y los bienaventurados en su gloria lo hacen, las estrellas vagan por el universo y las golondrinas lo hacen en el aliento de la primavera. Todos sirven y ala ban al Señor. El hombre —con su naturaleza— es el más limitado de todos y, por lo tanto, repara su miseria con una actitud cobarde. La verdadera grandeza del hombre es desaparecer. Y el cántico de todas las criaturas se convierte en la gloria de Dios. De esta manera el Cántico, puede ser a un mismo tiempo, un canto de alabanza a Dios y a sus criaturas. 4. NUESTRO COMPROMISO Y, por todo lo afirmado, la fe -como realidad humana— ha de dar una contribución profunda y sincera a todo el movimiento ecológico. Tenemos la oportunidad de cargar de significado y motivación una mirada diversa a la creación. Y, por ello, hemos de construir un “ethos teológico”, contribu yendo al cultivo de una ética ecológica. Para muchas personas, en una lectu ra global, la fe religiosa continúa dando un sentido fundamental. No se 46. É. Leclerc, Canto, 42. 47. A.Vauchez, Francesco d’Assisi, 301.
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