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EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL. UNA ESPIRITUALIDAD QUE QUIERE ALCANZAR A DIOS 809 3.3. El lenguaje En resumen, se destaca el valor elemental de las criaturas, del apoyo corporal al hombre y, al mismo tiempo, el valor de la iluminación espiritual: todo ello completado por nuestra hermana la muerte corporal, que conduce a la coronación divina, a través del perdón en nombre del amor de Dios, de la enfermedad y la tribulación soportada con serenidad. La decisión de Francisco de usar la lengua vernácula debe rastrearse en sus escritos hasta los últimos años de su vida. Usa la lengua vernácula no solo en escritos menores, sino que usa el romance en un texto que es una ‘admonitio’, una ‘exhortatio’, más o menos contemporánea del Testamento, pero ampliándolo también a aquellos fieles que lo habí an conocido. No se puede perder de vista que, la oración en vulgar, en la pení nsula itálica es algo novedoso de Francisco35. Según Manselli, con el Cántico la poesí a reli giosa italiana inicia su historia36. El nuevo lenguaje, en el crepúsculo de la vida, en el momento de la su prema confirmación de la validez del mensaje divino —“el Altí simo mismo me reveló que debí a vivir según la forma del santo Evangelio”37— expresa la necesidad de decir algo esencial. Se inspira en textos que se repetí an conti nuamente, como los últimos salmos bí blicos (Sal 148), conjuntamente con el Cántico de los tres jóvenes38, así como diversos versí culos del Apocalip sis que conocí a por el breviario39. A lo largo de la Edad Media, los salmos fueron también el instrumento principal para el aprendizaje del latí n y la escritura: se memorizaban sistemáticamente mediante un ejercicio continuo e insistente que duraba muchos años, y se utilizaban como libro de escritura elemental... lo que se concretaba en el pueblo en la continua repetición de fórmulas como “Laudate Dominum”, “Te Deum laudamus”, etc., por parte de los clérigos y del pueblo. La adhesión a algunas de las partes más populares de la Sagrada Escritu ra y la realización de este apego en el lenguaje del pueblo, hacen del Cánti co una expresión espiritual y literaria singular y de una gran fuerza. Precisa mente Tomás de Celano ya nos habí a indicado que Francisco “nunca fue oyente sordo del Evangelio sino que, confiando a su feliz memoria cuanto oí a, procuraba cumplirlo a la letra sin tardanza”40. 35. R.Manselli, San Francesco d’Assisi, 397. 36. Ibid., 402. 37. Test 14. 38. G. Sabatelli, Temas yproblemáticas del Cántico del Hermano Sol, 34-35. 39. Optatus van Asseldonk, Insegnamenti biblici ~privilegiati’ negli scritti di S. Francesco d’Ássisi, en Lettura biblico-teologica delle Fonti Francescane, G. Cardaropoli y M. Conti (eds.), Antonianum, Roma 1979, 110-111. 40. lCel 22.

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