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EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL. UNA ESPIRITUALIDAD QUE QUIERE ALCANZAR A DIOS 805 hay que alabar a Dios que crea el sol, que hace que haya hombres que per donen y practican la paz; hombres que sufren y hacen así su voluntad. 3. LDivisión interna del Cántico A pesar de la diversidad del lugar o de circunstancias en que se elabora ron las diferentes estrofas, el Cántico es una composición unitaria. Consta de tres partes principales: Alabanza a Dios (1-2 estrofas); Alabanza a Dios- Creador, enumerando los entes creados: sol, luna, etc. (3-13 estrofas); Load y bendecid, como un llamamiento de una alabanza de todos los hombres a Dios (última estrofa). Supone también una alabanza a las cosas, en cuanto son obras de Dios. Tal y como habí a planteado en laRnB 23, todas las cria turas han de alabar al creador. Al mismo tiempo, somos hermanos de Jesu cristo cuando cumplimos la voluntad del Padre. Para él, Jesucristo es her mano nuestro en cuanto hizo la voluntad del Padre. Es el servir al Padre lo que iguala a todas las criaturas. El servicio se convierte en su clave de com prensión. De esta manera, un mismo origen, una misma vocación de servi cio, hace que todos sean hermanos. Francisco —a lo largo de la vida— des pués de la conversión, y a la hora de componer el Cántico vive una expe riencia profunda, real y cristiana de Dios. Dios actúa y obra realmente a di versos niveles. La estructura sintáctica del Cántico tiende, en su conjunto, a la simpli cidad repetitiva, tí pica de gran parte de la Sagrada Escritura (y particular mente de los Salmos). Con todo, el Cántico nos ofrece algunos elementos compositivos retóricos alejados de los textos bí blicos que están en la raí z del Cántico y también, lejos de los escritos latinos del propio Francisco28. Como decí amos antes, su situación es de Cántico, de Magn~’flcat: grande es Dios, grande creando sus obras. Es la experiencia en la que nace el Cántico; experiencia de relación y de referencia de cómo ha de ser inter pretado. La conclusión es simple: las criaturas son el trampolí n desde el que Francisco se eleva a una acción de alabanza a Dios. Y esta, a su vez, está mediatizada por las criaturas. En la misma lí nea continuará san Buenaven tura, considerando a las criaturas como vestigia del Creador, quien, al ser su Creador, ha trasferido en ellas una huella suya, un algo que induce necesa riamente a El, algo que él concreta por medio de la imagen medieval del espejo. Por su parte, el hombre es imago, por el alma espiritual. Así la cria tura es como un libro, en el que reluce, se lee y representa la Trinidad —en su afán creador— según un triple grado de expresión, por medio de vestigio, 28. J. Solsona, Presentación del «Cántico del Hermano Sol», 20-23.
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