BCCCAP00000000000000000001768
21 P edro S ánchez C iruelo (1470-1548) teólogo y humanista del siglo XVI 4. Ciruelo como teólogo Una vez definido su perfil biobliográfico y aquello que entendemos, a gran- des rasgos, como humanismo cristiano nos corresponde adentrarnos en su pen- samiento y aportación teológica, afirmando ya que fue rica y amplia, aunque hoy en día resulte menos atractiva para los investigadores que la aritmética, la astronomía y la astrología. 47 Volvemos a insistir que su finalidad, en todas ellas, estaba surcada por esa comprensión cristiana que intentaba armonizar la fe y la razón de una manera coherente y, por lo mismo, alejándose de posturas extrañas como las sostenidas por el humanismo de corte italianizante. Es cier- to que Ciruelo no va a ser un gran innovador teológico pues, como afirmaba Villoslada, “carecía del humanismo generoso, comprensivo y realista de Fran- cisco de Vitoria”. 48 Con todo, se constata cómo la bibliografía anterior al siglo XIX lo considera en estos términos, mostrando que el cambio de apreciación tendría que ver con los intereses promovidos desde el Romanticismo y la Res- tauración católica. Esto, posiblemente tenga que ver también con su recorrido vital, pero no obsta para que no podamos encontrar –de manera explícita– una serie de características que ya hablan de la novedad del momento. Ciruelo también está preocupado en formar y educar en la verdadera ciencia teológica, que será la doctrina tomista, después de haber pasado por el nominalismo. Este hecho ha de ser completado por la afirmación del profesor Flórez cuando sostenía que “su prestigio como teólogo y matemático, va unido a su gran fama de orador”. 49 El hecho nos pone sobre la pista de algo que ya tenía- mos bastante claro. A la hora de plantear la aportación teológica del Maestro Ciruelo hemos de presentar los tres aspectos de los que se compone su re- flexión: la filológica-bíblica, la teológico-moral y la litúrgico-pastoral. Cada uno de los tres aspectos está compuesto por una serie de estudios, obras y ac- ciones que se van desarrollando a lo largo del tiempo, sin que unas se puedan considerar más importantes que otras, pues todas concurren a un mismo fin. Algunas de las mismas serán publicadas con anterioridad a su larga etapa en Alcalá y estarán en estrecha relación con su ejercicio docente, aunque poco 47 En este sentido, se constata cómo la bibliografía anterior al siglo XIX lo considera en estos tér- minos, mostrando que el cambio de apreciación tendría que ver con los intereses promovidos desde el Romanticismo y la Restauración católica. 48 García Villoslada, La Universidad de París , 403. Se intuye que la afirmación está sustentada en el hecho de haber Ciruelo denunciado a Ignacio de Loyola. En relación a este tema, véase, Cándido de Dalmases, “Processus Complutenses de Sancti Ignatii sociorumque vita et doctrina”, en Fontes documentales de S. Ignacio de Loyola (Roma: IHSI, 1977), 319-349, doc. 71. 49 Cirilo Flórez Miguel, “Introducción”, en Cirilo Flórez Miguel, Pablo García Castillo y Roberto Albares Albares, Pedro S. Ciruelo. Una enciclopedia humanista del saber (Salamanca: Caja de Aho- rros y Monte de Piedad de Salamanca, 1990), 9.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz