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- 73 - libros prohibidos 50 . La decadencia, de alguna manera, se acelerará con la muerte del humanista y la desaparición de sus valedores: el inquisidor general Alonso Manrique, el arzobispo Alonso de Fonseca. Ayudará también el férreo avance del protestantismo, que será oportunamente instrumentalizado por los detractores de las ideas humanistas; fundamentalmente de aquellos que representaban la mirada escolástica tradicional. Y, a este respecto, puede que no fuera simple coincidencia que un año antes hubiera muerto el emperador. Aunque Erasmo había abandonado la corte al trasladarse Carlos a España, uno de los legados culturales más importantes del emperador será el erasmismo español y sus manifestaciones. La estela del holandés 51 , como la denomina Bataillon, será fundamental en la literatura devocional, pero par- ticularmente en la literatura profana de la época. Aparece en la crítica a los libros de caballerías, en obras como el Crotalón y el Lazarillo de Tormes , y en autores tan diversos como Vives, Fernández de Oviedo, Juan Maldonado y Cristóbal de Villalón, hallándose sus últimos reflejos, varias décadas des- pués, en Los nombres de Cristo de Fray Luis de León, e incluso en Cervantes y Quevedo. Ambos seguían en una memoria común. En lo que a la formación de Carlos se refiere, tenía unas deficiencias insalvables, particularmente el desconocimiento de la lengua latina. Su precep- tor Adriano de Utrecht se había esforzado en que aprendiera, pero no lo había logrado. De ello nos da cuenta Paolo Giovio quien, en la Vita Adriani VI , recoge una de sus lamentaciones: Carlos V, que en una ocasión –en Génova– no podía seguir los retóricos flo- reos de un orador latino, suspiró al oído de Giovio: “¡Ah, qué razón tenía mi maes- tro Adriano al vaticinarme que sería castigado cruelmente por mi infantil falta de aplicación en el estudio del latín!” 52 . A ello había que unir el hecho de que, aunque se afirma que hablaba cua- tro lenguas, parece que, con soltura, solo manejaba dos: el francés, su lengua materna, y la de Castilla, aunque esta última con reservas. Esto se reflejará a lo largo de toda su vida y, particularmente, en los libros que le acompañarán en su retiro. En este sentido, teniendo como referente el erasmismo, no hay duda que puede resultar esclarecedor tener presente el título y contenido de algunos de ellos. Como ha puesto de manifiesto Gonzalo Sánchez-Molero, “es en los libros 50  Acerca de este tema, véase Jesús Martínez de Bujanda, El índice de libros prohibidos y expur- gados de la Inquisición española (1551-1819). Evolución y contenido (Madrid: BAC, 2016); Id., Censura de la Inquisición y de la Iglesia en España (1520-1966) (Madrid: BAC, 2019). 51  Marcel Bataillon, Erasmo y Erasmismo (Barcelona: Editorial Crítica, 1978) 346. 52  García Simón, El ocaso del emperador , 75.

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