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- 65 - orientación secular de la política propia del estado moderno, pero que claramente servía a los intereses del emperador 34 . Carlos seguirá enfrentándose a las tendencias nacionales con un imperio anclado en lo medieval. Y, aquellos que no comparten esta visión, poco a poco, se echan en brazos de la Reforma. De alguna manera, Carlos alimentará la idea de que, en Lutero, lo importante era la referencia al espíritu alemán –nacional– y no lo que estaba en su origen: las novedades dogmáticas y las reformas disciplina- rias. De esta manera, el César se ve constreñido a recurrir a la fuerza para obligar a los alemanes a negociar. Las diferencias religiosas habían complicado la polí- tica. Y, en medio de esta situación, se percibe un planteamiento moderno pues, aunque no se renuncia al Imperio como “máxima organización de poder”, sus asesores le orientarán a no poner tanto énfasis en el universalismo y la protección de la cristiandad. En este momento, los Países Bajos y Fernando de Austria proporcionaban las bases para mantener el orden entre los príncipes alemanes, pero había que resolver el problema luterano, que requería de la cooperación del papado. Al mismo tiempo, si conseguía congregar a Alemania, Italia y España, tenía posibi- lidad de contener o hacer retroceder al turco... 35 Pero la situación se complica, ya que Francisco I seguirá siendo un problema, que se verá frenado con la combina- ción de los reinos ibéricos, la casa de Saboya, el Imperio y los Países Bajos, así como una Inglaterra aliada 36 . Esto se verá favorecido también con las posesiones españolas en América; una fuente de riqueza y un campo fértil para la expansión del cristianismo 37 . Cuando los turcos se retiraron de Viena, el canciller Gattinara recomendará a Carlos viajara a Roma para su coronación y visitase Nápoles, pero el emperador no le hará caso. Antes tenía que ir a Alemania, no solo para supervisar su defensa frente a los turcos, sino también –y éste no era un aspecto menos importante– para ocuparse del problema luterano. En la Dieta de Espira, en 1529, los prínci- 34 Henri-Xavier Arquillière, El agustinismo político. Ensayo sobre la formación de las teorías políticas en la Edad Media (Granada: Universidad de Granada, 2005). 35 Alain Servantie, “Négocier avec les turcs. Les raisons pour faire la paix plutôt que la guerre”, en Diplomacia en los mundos de Carlos V: negociación y diálogo , coord. por Rosa María Martínez de Codes y César Chaparro Gómez (Yuste: Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, 2022) 19-29. 36 La división entre los dos soberanos se convierte en una confrontación permanente. Así, mien- tras el francés pide ayuda a los turcos, el César se aliará con los persas, el enemigo asiático de estos. 37 Más adelante, cuando la fractura en Europa sea ya insalvable, el Nuevo Mundo servirá también para la construcción de ese imaginario imperial homogéneo. Un ejemplo lo encontramos en la segunda carta de relación que Cortés escribe al César: “se puede intitular de nuevo emperador della, y con título y no menos mérito que el de Alemania, que por la gracia de Dios V. S. M. posee”. Hernán Cortés, “Segunda carta-relación (Segura de la Sierra, 30.X.1520)”, en Id., Cartas y relaciones de Hernán Cortés al emperador Carlos V , ed. por Pascual de Gayangos (Paris: A. Chaix, 1866) 51.
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