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10 Miguel Anxo Pena González Archivo Dominicano XLV (2024) 7-46 [40] [4] presiones de los estudiosos y, no en menor medida, la oportunidad de responder a los desafíos de los liberales italianos. 6 Al mismo tiempo, el pontífice invitaba a los investigadores a no mentir y, lo que él consideraba aún más difícil, a no dejarse llevar por ideologías. No hay duda que esto fue un antes y un después, que se completará con el proceso llevado a cabo del año 1991 al 1998 con la apertura del Archivo de la Congregación de la Doctrina de la fe –tradicionalmente del Santo Oficio– durante el pontificado de Juan Pablo II. Las iniciativas fueron desiguales, tanto a nivel internacional, como na- cional y provincial. Los diversos estados –particularmente aquellos más vinculados con la historia del catolicismo–, desde sus comprensiones na- cionalistas, se implicaron también en la creación de centros históricos en Roma, a partir de los cuales coordinar y organizar los estudios y la investigación que se podía llevar a cabo en los archivos vaticanos. 7 De igual manera, las iglesias de los diversos países –así como las órdenes y congregaciones– fueron creando sus propios institutos históricos, radica- dos en Roma o muy próximos a la misma. Todos ellos coincidirán en el interés por la publicación de fuentes y, al mismo tiempo, por la creación de ateneos o colegios que asumieran la tarea de cualificar a especialistas que se dedicaran a la historia de la propia nación o institución. Entre ellos se encuentran figuras conocidas por todos: Heinrich Denifle, Franz Ehrle, Josef Grisar, Pietro Tacchi Venturi, Konrad Eubel, Edouard d’Alençon. Fue también importante el papel que jugaron las publicaciones perió- dicas especializadas, en el contexto internacional así como en los diversos países, ofreciendo un espacio oportuno de difusión para las investigacio- nes y la publicación de las fuentes, que se irán completando con la crea- ción de colecciones de monografías especializadas. Desde el marco eclesiástico, se va constatando una maduración de la cultura histórica, que se refleja en los pontificados de Benedicto XV y Pío XI, cuando se crea la sección histórica de la Sagrada Congregación de los Ritos y, dos años más tarde, al erigir la primera Facultad de Historia Ecle- siástica en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (6 febrero 1932). La nueva institución dotará a la Iglesia de profesores e investigadores que asumirán esa comprensión histórico-crítica. De esta manera, sin abando- nar totalmente una preocupación apologética, se daba paso a una histo- riografía en la que metodología e ideología colaboraban oportunamente, concretándose en una mirada y estudio particular de los momentos cru- ciales de las diversas instituciones. 6. Owen Chadwick, Catholicism and History. The Opening of the Vatican Archives , Cambridge, University Press, 1978, pp. 72-109. 7. Reinhard Elze, «L’apertura dell’Archivio Vaticano e gli Istituti Storici Stranieri in Roma», Archivio della Società Romana di Storia Patria , pp. 81-91; Giacomo Martina, «L’apertura dell’Archivio Vaticano: il significato di un centenario», pp. 271-301.
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