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29 Ayer y hoy en la historia de las órdenes Archivo Dominicano XLV (2024) 7-46 [40] De manera análoga se requiere investigar los proyectos singulares del momento, protagonizadas por figuras femeninas y que, desde opciones comunitarias, proponían y buscaban un claro compromiso apostólico. Sirva como ejemplo el de la clarisa exclaustrada Mary Ward que pone en marcha una comprensión –a lo femenino– de la Compañía de Jesús… 46 Necesitamos conocer cómo se fragua el ideal, sus dependencias, sus co- laboradores, su conciencia apostólica, así como las dificultades a las que se hubo de enfrentar en los distintos lugares donde va abriendo sus resi- dencias. Por otra parte, es oportuno ver la valoración que, del mismo, se hacía desde la vida religiosa masculina de su tiempo. Quiénes la apoyan y quiénes la atacan. Es preciso conocer cómo se organizan económicamen- te, cómo se sostienen las distintas casas habiendo tanta distancia entre las mismas… también hay que ofrecer mayor luz sobre cómo influyen y cómo influyen en ella dos espiritualidades, aparentemente tan distantes, como es la orden de las clarisas y la Compañía de Jesús. ¿Subyace la sensibilidad apostólica de Clara de Asís, hasta qué punto Ignacio de Loyola es la expre- sión más viva de lo que ella propone?, ¿cómo se relaciona esto con otras iniciativas de mujeres próximas a la Compañía de Jesús?, ¿porqué autores como Francisco Suárez, que reflexiona sobre la vida consagrada, ven tan complejo el proyecto? 47 Hemos de preguntarnos igualmente si, la respues- ta institucional de Roma está solo sustentada en los decretos del Concilio de Trento o, si por el contrario, están influyendo también instituciones religiosas de varones o los mismo límites sociopolíticos de la época. Cómo convive este modelo apostólico femenino frente a los tradicionales que si- guen sosteniendo el principio de que la mujer «sposata o murata»… 48 Cuál es la respuesta desde el ámbito político y social. Cómo se proyecta sobre este tipo de iniciativas la relación entre clero regular y secular, en contex- tos tan complejos como el inglés del momento. No se puede olvidar que, la fundadora será encarcelada y se le impedirá recibir los sacramentos, ¿no requiere esto una verificación y valoración más amplia que las lecturas que se han hecho tradicionalmente? En lo que se refiere a la vida femenina, intra claustra , ha tomado gran fuerza lo relativo a las escritoras, pero se impone una mirada de conjunto, poniendo de relieve que no se trata de un tema casual y anecdótico, que 46. Laurence Lux-Sterritt, «An Analysis of the Controversy caused by Mary Ward’s Institute in the 1620s», Recusant History , XXV (2001), pp. 636-647; Christine Burke, «Mary Ward 1585-1645: “half women are not for these times”, The Australasian Catholic Record , LXXXVIII (2011), pp. 412-421; Gemma Simmonds, «Mary Ward (1585-1645) and the Congregation of Jesus», The Pastoral Review , X (2014), pp. 24-29. 47. Considerará que es necesaria la aprobación de Roma para la fundación, no siendo suficiente con la del obispo. 48. Véase Ángela Atienza López, «Las grietas de la clausura tridentina. Polémicas y limitaciones de las políticas de encerramiento de las monjas... Todavía con Felipe IV», Hispania , LXXIV (2014), pp. 807-834. [23]
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