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18 Miguel Anxo Pena González Archivo Dominicano XLV (2024) 7-46 [40] [12] oficialmente por Clemente VII con la bula Religionis Zelus (3 julio 1528), pero hasta 1619 seguirán dependiendo del ministro general de la conven- tualidad franciscana. 26 A la cabeza de la nueva reforma se coloca un vicario general que, en el año 1538, pasará a ser Bernardino Ochino, el predicador más famoso de su tiempo en la península itálica. Cuatro años más tarde es acusado de utilizar expresiones heréticas en los sermones pronunciados en Venecia, durante la Cuaresma. El carácter de su predicación, centrada en el Evangelio, le había permitido arrastrar a multitudes con su conmo- vedora y ardiente oratoria, que iba cargada de cierta ambigüedad. Se le prohibirá predicar, siendo citado por el Santo Oficio a Roma, pero, gracias a la protección y a la connivencia de autorizados cardenales, Ochino logra pasar a Ginebra, vinculándose definitivamente con el calvinismo. 27 Esta problemática nos sirve para mostrar la necesidad que tenemos de abordar los temas con una mirada amplia y buscando los múltiples nexos existentes. Nos muestra, por una parte, la lectura excesivamente jurídica que se ha hecho de las formas de vida cristiana, al tiempo que nos pone en relación con figuras de la talla de Vittoria Colonna, Ambrogio Catarino, Gasparo Contarini o la duquesa Renata de Ferrara, entre muchos otros. 28 Al mismo tiempo, nos abre a temáticas que tienen una gran importancia como puede ser la relación entre las diversas órdenes, el rol ocupado por clérigos y laicos en las mismas, la espiritualidad de los laicos, la función social de las instituciones religiosas... No se puede obviar que la predica- ción producía efectos y llevaba consigo comentarios que se prolongaban en el tiempo y, aunque pocas veces lograran incidir en la religiosidad y los comportamientos morales de los fieles, sí generaban expectación y provo- caban reacciones diversas. Pensemos, siguiendo esta misma línea de argumentación, en el rol ocupado por los capuchinos –una vez concluido el Concilio de Trento– co- locándose como abanderados de una ortodoxia que no podía mostrar fisu- ra alguna, de igual manera que había tenido que hacer el mismo Ignacio 26. Paulo V (28 enero 1619) con la bula Alias felices recordationis . 27. Véase Paolo Simoncelli, «Ochino, Bernardino (1487-1564), Italian Theologian and Reformer», en The Oxford Encyclopedia of the Reformation , vol. III, ed. Hans J. Hiller- brand, New York-London, Oxford University Press, 1996, pp . 166-167; Michele Camaioni, «L’eredità di Bernardino Ochino. Predicazione eterodossa ed eresia tra i cappuccini dopo il 1542», en Ripensare la Riforma protestante. Nuove prospettive degli studi italiani , coord. Lucia Felici, Torino, Claudiana, 2015, pp. 73-94; Michele Camaioni, «Capuchin Reform, Religious Dissent and Political Issues in Bernardino Ochino’s Preaching in and towards Italy (1535-1545)», en Religious Orders and Religious Identity Formation, ca. 1420-1620. Discourses and Strategies of Observance and Pastoral Engagement , eds. Bert Roest, Johan- neke Uphoff, Leiden, Brill, 2016, pp. 214-234; Michele Camaioni, «“Ad noi non satisfa la littera”. Riforme, escatologia e riforma tra i frati minori: dai romiti a Bernardo Ochino», en Verso la Riforma. Criticare la Chiesa, riformare la Chiesa (XV-XVI secolo) , coord. Susan- na Peyronel Rambaldi, Torino, Claudiana editrice, 2019, pp. 403-417. 28. A este respecto, véase Carlos Piccone Camere, «Presencia y figura de la mujer en los orígenes de la reforma capuchina», Estudios franciscanos , CXVIII (2017), pp. 377-421.
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