BCCCAP00000000000000000001764

Humanismo bíblico-teológico en Antonio de Nebrija 79 ser la interpretación del flamenco. Siguiendo esa senda, los comentarios supe– raban lo puramente filológico para adentrarse por implicaciones teológicas, por lo que le tuvo que resultar conveniente justificarlo en su Apología. No se trataba simplemente de poner en evidencia la reiteración en errores, sino de corregir– los y comprenderlos adecuadamente, para que el mensaje se pudiera transmitir con mayor transparencia. La transmisión del texto implicaba, igualmente, una orientación de índole homilética y moral, sustentada en la exégesis del texto, de tal suerte que lengua y cultura favorecían, a un mismo tiempo conocimiento y religión (González Vega, 2010: 12). Posteriormente, la Tertia quinquagena fue publicada también en Basilea en 1543, por el antiguo secretario y amanuense de Erasmo, siete años más tarde de la muerte del holandés, quien hubiera obstaculizado su impresión, del mismo modo que hizo con las obras de Vives (Gilly, 1998: 268). Quizás sea mucho afir– mar que la Tertia quinquagena sea la culminación de la obra bíblica de Nebrija (Martín Baños, 2014: 57), puesto que esta ha de ser vista en continuidad con los Segmenta, mostrando así la férrea estructura nebrisense de entramado filoló– gico, pero muy próximo al mundo de la teología positiva. No hay duda de que en ello se descubre un sabor renacentista, que pretende no simplemente satisfa– cer una curiosidad, sino contextualizar adecuadamente aquellos elementos que ayuden a una comprensión más global. 5 UN PROYECTO INCONCLUSO Nebrija considerará que la decadencia, en lo que se refiere al texto sagrado -lo que podríamos ampliar también al amplio marco teológico y devocional- ten– dría su origen en haber abandonado el cultivo de las lenguas clásicas, especial– mente las bíblicas (hebreo, caldeo y griego). Por lo mismo, el griego y el hebreo serán herramientas indispensables para el estudio de la Escritura. 10 Múltiples 10 A este respecto, Carlos del Valle afirmará: "Si el latín fue el medio para desterrar la barbarie de España, el hebreo era el utensilio para volver a las fuentes primitivas y auténticas de la religión, dentro de los ideales del humanismo cristiano, con los que Nebrija comulga junto con prohombres como Lorenzo Valla, Erasmo de Rotterdam, Juan Luis Vives... Por eso, cuando el inquisidor general Diego de Deza le secuestra sus apuntes sobre las interpretaciones de 50 lugares bíblicos y Nebrija constata que lo que pretende el prelado es alejarlo de aquel tipo de trabajo, el lebrijano se hace consciente de que aquella política inquisitorial conduce necesariamente a la extinción del conocimiento de aquellas dos lenguas (hebreo y griego), de las que depende la religión". (Del Valle, 2000b: 53)

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz