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16 P. Anselmo de Legarda,-Moratin y lo vasco clel destinatario (II, 93-96 y 97-100). Ocurren otras alusiones: al oficial de la Secretaría de Estado (II, 100); a "nuestro buen Lla– guno, que respira concordia y paz (II, 106); único a quien puede encargar cierta comisión (II, 119); envía saludos a los dos Llagu– nos (II, 81). Ricardo de Apraiz dedicó en 1948 un buen trabajo a Llagu– no, en este BOLETIN. Citaba en él a Leandro Fernández de Mo– ratín, si bien parece que no tenía a la vista el epistolario del ma– drileño. MAIZ.-El Sr. Maiz encamina una carta a su destino (111, 80). MUZIBARRENA.-"Reinés debe estar a la hora de ésta en la ciudad de León de Francia, situada entre el Ródano y el Sao– na: no iba muy contento, porque no preveía más que chismes y remoquetes con sus consuegros, los . ilustrísimos Muzibarrenas" (11, 354). Carta del 8 de mayo de 1821, desde Barcelona, a Me– lón. MUZQUIZ.-Noticia de Melón sobre Cabarrús, Lerena y Múz– quiz, conde de Gansa, Ministro anterior de Hacienda (111, 380) ORTIZ DE ZUGASTI.-Don Pedro Ortiz de Zugasti, cónsul general en Francia, extiende en Burdeo¡,, copia del testamento de Moratín (III, 307-310). SAMANIEGO.-Noticia de Melón sobre el modo como ocupó Moratín el puesto vacante a la muerte de Samaniego (111, 381). URQUIJO.-"Otra cosa: si en alguna carta vieres que cerdeo un tanto cuanto, y que me punza el amor de la patria, y dejo traslucir el laudable propósito de volverme a ella, envíame, para curarme de tales vértigos, alguna noticia semejante a la de la apo– teosis de Urquijo; que te quedaré sumamente agradecido, y res– tablecerá, como por la mano, mi salud mental" (II, 131). Le escribe a Melón desde Londres en 1793 hacia la primave– ra, según calculo. Tr~tase, a mi ver, de Mariano Luis de Urqui– jo, que en 1791 había publicado su traducción de la tragedia de Yoltaire, La muerte de César, con un discurso original que le va• lió un conato de procso intentado por los cómicos españoles (24). Esquivó la orden inquisitorial de prisión gracias a la protección de Floridablanca. La "apoteosis" es probable que apunte al nom• bramiento oficial de la primera secretaría de Estado, en 1792, o n alguna otra breva alcanzada por el bilbaíno retratado por Me– r,éndez y Pelayo en su Historia de los heterodoxos. (24l Véase COTARELO, o.e., pág. 404.

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