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P. Anselmo de Legarda.-Moratín y lo vasco 7 Isla en algunas ocasiones (4), y da princ1p10 a la enumeración de algunas de aquellas impertinencias del anotador del Compen– dio (5): "La etimología absurda del nombre de España; la opi• nión desmentida por cuantos monumentos existen, de que en ella había una sola lengua; creer de buena fe que era la vascongada; ¡,oñar que Túbal habló vizcaíno ... " (II, 80), El P. Isla, en el pasaje censurado, no se conforma con la eti– mología conejil de España, sacada de la lengua púnica y propo– ne (6) otra "más honrada, más decente y sin comparación más verisímil", basada en lengua peninsular: "En la antiquísima del bascuence --donde esto se escribe (7)- al labio se le llama ez– paña. Y ¿qué dificultad habrá en creer que este nombre se deri– vase después a toda la nación, para significar que toda ella era de un mismo labio, esto es, de una misma lengua, según la frase de la Sagrada Escritura: Erat autem terra labii unius ( Gn. 2); y hablando de la confusión de lenguas en la torre de Babel: [bi confusum est labium universae terrae? "Lo cierto es que Túbal trajo a España alguna lengua, porque ni él ni sus compañeros eran mudos, que de este achaque adole• cieron poco los que asistieron al soberbio edificio de Babel. Lo cierto es que es sumamente probable que esta lengua fue la bas– eongada, porque ni se la conoce otro origen, ni ha quedado en España lengua alguna que pueda disputarla la antigüedad." Aunque Isla no cita ahí a Larramendi, es claro que sus no• ticias proceden del hijo de Andoain (8). Y de la seguridad con (4) Una ele ellas seguramente en la página ele la lengua vizcaína, ccn su juego ele gazapos y conejos, parrafillo suprimido en la edición madrileña de 1799 de Duchesne-Isla, que ofrece el Compendio "corregido y enmendado de orden del Consejo", t. I, pág. 30. (5) Compendio de la Histeria de España, escrito en francés por el R.P. Duchesne ... , traducido en c:astellCino por el R.P. Joseph Francisco de Isla ... , l. I, Madrid, J. !barra, 1762; t. 11, 1762. Ignoro si esta edición, por la que hago las citas, es rara: no la hallo registrada. (6) Compendio..., !, 33-34. (7) Se entiende mejor el paréntesis recordando que, como advierte Monlau, en la Noticia que precede a las "Obras escogidas" del jesuita, BAE, t. 15, pág. XXXII, hizo el P, Isla este trabajo "hallándose de lector de teo:ogía en Pamplona". (8) En efecto, en el prólogo de su Dic:c:ionario Trilingüe... , San Se· bastián, 1745, !. !, pág. CXI, expone la misma doctrina que Isla. Preci– samente el año de la aparición de la obra de Larramendi, el P. Isla anda– ba madurando el designio de anotar su traducción. Tal se desprende de la carta del P. Fevre citada casi al fin del prefacio del t. I del Com•
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