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POESÍA DE LA DIVINA PASTORA 201 Eduardo Marquina, en El Monje Blanco, retablo XI, pone en labios de Fray Can, que imagina ver de nuevo a la Virgen, estos requiebros : ¡ Jardinera de mis lirios, pastora de mis añales ! Dos requiebros, como antes Lope. Manuel y Antonio Machado, en la escena quinta del acto primero de La Lola se va a los puertos, recuerdan a la Pastora de Capuchinos. . , Ramón Pérez de Ayala, en la novela tristemente célebre con que mtento salpicar de fango a sus educadores, estampa la conocida estrofa con que solían comenzar las misiones capuchinas: Divina Pastora, dulce, amada prenda, dirige los pasos de estas tus ovejas. Brota la súplica de labios del niño Coste, perdido en la noche tormen– tosa, poco antes de caer desde el acantilado, partirse la cabeza en un pica– cho y morir en el mar. Recordemos, en fin, la «preciosa imagen de la Divina Pastora, sentada en un risco, con un corderito blanco a sus pies», mentada por el P. Coloma en el capítulo veintidós de sus Recuerdos de Fernán Caballero. Fuera de lo puramente literario también hallaríamos alusiones 14 • * * * CAPUCHINOS. - En una estrofa añadida, según creo, a las del P. Justo de Valencia, se cantaba el influjo de la sagrada religión de San Francisco en la conquista del blasón de Inmaculada para la Virgen. Aquel poeta 14. El Cardenal GoMÁ, María Santísima, t. II, Barcelona, 1942, p. 406, incluye dos estro– fas a la Pastora: una en castellano, sin localizarla, y otra en catalán, de Vallvidrera. En Folk-lore Español. Biblioteca de las tradiciones populares españolas, t. V (Sevilla, 1884), 49, para explicar la pronunciación de la elle a la andaluza, estampan una soleá interesante: Virgen de Santa Marina, yo se lo pedí yorando a la Pastora Divina. Las relaciones de la Pastora con ]a iglesia parroquial de Santa Marina, donde predicaba el P. Isidoro de Sevilla de 1703 a 1750, se aclaran con un documento gráfico publicado en la revista capuchina andaluza "El Adalid Seráfico", 19 (mayo 1918), 173. Véase también la obra citada del P. ARDALES, p. 863. Por el antiguo arraigo de la devoción a la Pastora en Indias, según veremos, considero digno de especial mención a don Juan Manuel BERRIOZÁBAL, Marqués de CASAJARA, quien en sus Poesías a la Reina de los cielos, 2. 0 ed. (Madrid, Aguado, 1853), 141-146, inserta seis sone– tos, denominados pastoriles en el índice: alocución del divino Pastor a su Esposa; la Divina Pastora al Buen Pastor; diálogo entre el Buen Pastor y la Divina Pastora. También en otros pasajes alude o canta a la Pastora; por ejemplo, pp. 63 y 113. En la p. 382-383 nos cuenta el autor que nació en Urubamba, Perú, a siete leguas del Cuzco. Y recuerda a su abuela

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