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POESÍA DE LA DIVINA PASTORA 199 Aparece la oveja perdida, objeto de las fatigas de nuestros misioneros del siglo XVIII. Si bien no hay que suponer que se inspiraran aquí cuando tan a mano tenían la parábola evangélica. Pura coincidencia. En otro lugar " se viste de pastora el alma misma: Pastora del alma, escucha mi voz. No podía faltar alguna alusión a nuestro tema en la obra inmensa de Lope de Vega (1562-1635), tan aficionado a lo bucólico. Igual que en el ejemplo de Valdivielso, es el alma quien se disfraza de pastora en El Pastor Lobo 1 , donde glosa estos versos: Pastora que en el cayado trae retratada al Pastor, viene vencida de amor: lástima tengo al ganado. En Los Pastores de Belén era de esperar que desarrollara la alegoría, sobre todo en los pasajes comenzados por una invocación prometedora; pero lo bucólico se apaga en el primer verso'. En la escena de la Visitación, volviendo a lod divino$ versos profanos, dice a la Virgen: ¿Dónde vais, Zagala, sola en el monte? En otro lugar atenúa más aún lo pastoril al arrimarlo a otro requiebro: Zagala divina, bella labradora. Casi al final del libro primero repite la invocación: Pastorcilla nazarena, que tenéis al cielo en vos. En su obra dramática La Buena Guarda' se le confía a la Madre del Buen Pastor la custodia de un rebaño abandonado. La abadesa Doña 6. o.e. p. 224. 7. BAE. 58, 198 b. Lo mismo ocurre en obra aJena a Lope, en el auto Pam/Jola cenae, BAE, 58, 129 a: Al mundo me trujistes vos, pastora, por remediar las vuestras desventuras. 8. Las dos primeras citas pueden verse también en BAE, 35, 197. 9. BAE, 41, 333.

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