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224 ANSELMO DE LEGARDA / La Pastora el Cordero -< Con su Cordero huye al Padre ofrece; la Pastorcilla y, al eco de un profeta, por salvarle de Herodes; llora su muerte. mas ¡ qué afligida! Quien al Hijo y la Madre Una avara ovejita causa tal pena que descarría, es una oveja altiva es la que tal espada que se le ausenta. al pecho os tira. j ¡Una oveja perdida Sólo a un Cordero ama / por un bocado esta Pastora al Cordero y Pastora y en el templo lo pierde: la muerte ha dado. ¡ oh, qué congoja! Toda torpe ovejita Al Cordero difunto hace tal hurto; en su regazo y en ti, amante Pastora recoge la Pastora: renueva el susto. ¡ dolor extraño ! La ovejita envidiosa Con la cruz el Cordero tal ocasiona triste camina, cuando vuestro rebaño y al encuentro le sale ciega abandona. la Pastorcilla. Toda oveja iracunda Al Cordero querido a Cristo arrastra; cubre una piedra : y a ti, amante Pastora, Pastora y sin rebaño, te hiere el alma. ¡ qué sola quedas ! Las ovejas ingratas A Jesús, Pastor bueno, también os dejan lo crucifican; y vuestras soledades, y la Pastora mártir ·--' Pastora, aumentan. queda a su vista. ___ 1 * * * Quien intente recapitular lo expuesto en las páginas precedentes adver– tirá el relieve insospechado que cobran ciertos aspectos de un tema tan sencillo en apariencia como la poesía de la Divina Pastora. Es de notar la riqueza doctrinal oculta en aquellas páginas humildes. Unos versos rezuman ascetismo y arrepentimiento; otros expresan el gozo del alma en gracia, arrobada en la contemplación de la Pastora y del Cor– dero. En muchos se escucha la voz de la Pastora o de sus misioneros; en otros, el rumor de la mística grey cuando proclama las glorias de su Pas– tora o pide su gracia y valimiento_ Silbos, balidos, gozos, salves, auroras, saludos, coronas, son limpio cauce de la inspiración de poetas devotos. Poetas que han tenido el acierto de ir

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