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POESÍA DE LA DIVINA PASTORA Pues de la grey escogida sois la Reina y la Señora piedad, Divina Pastora, que soy la oveja perdida. 209 PAMPLONA, 1798. - El de Pamplona 31 , junto a elementos parecidos a los de otros novenarios descritos, presenta ciertos rasgos originales. Por su cuna se asemeja al de Toro, pues vemos lo escribe un «Misio– nero Capuchino del Colegio de Navarra y Cantabria» ' 2 • La « advertencia» preliminar recuerda la devoción constante de los fieles a la Madre de Dios; los elogios y dictados de los Santos Padres. La nueva advocación de la Virgen va precedida de unas pinceladas his– tóricas sobre las circunstancias que han inspirado otros títulos: «La piedad universal de los fieles la ha venerado y llamado en todos tiempos con va– rios títulos: ya por los lugares o sitios donde se apareció la Señora o se hallaron sus imágenes, como Nuestra Señora del Pilar, de Roncesvalles, de Monserrate, de Nieva; ya por los misterios de su vida, como Nuestra Señora de la Soledad, de la Anunciada; ya por los diferentes oficios de su piedad con los mortales, corno Nuestra Señora del Camino, de los Agoni– zantes. Entre éstos, la devota piedad, el tierno amor y apostólico celo de los Misionistas capuchinos de España dio a conocer a María Santísima con la dulce c.dvocación y amable epíteto de Divina Pastora de las Almas». El misionero de Navarra y Cantabria comparte el alborozo del caste– llano por el triunfo de la Pastora en España y América: «Desde el año tercero de este siglo han corrido los capuchinos muchas veces toda la España, ganando con este amoroso título y con el estandarte de esa pere– grina imagen innumerables almas perdidas ; y en la América han reducido muchos pueblos y conquistado a millones de personas de ambos sexos que no pudieron resistir a la suave fuerza y poderoso atractivo de María San- 31. ·¡· / NOVENARIO / A LA/ DIVINA PASTORA / DE LAS ALMAS / MARIA SAN– TISIMA, / QUE CONSAGRA A LA SEl\lORA, / y para merecer su piedad ofrece a / todos los pecadores un Misionero / Capuchino del Colegio de Na- / varra y Cantabria. / Con las Licen– cias necesarias. / --- / En Pampl. Por Joseph de Rada, Im- / presar, Año 1798, 195 X X 70 (77 X 54) mm., 1 hoja + 58 pp, + 2 hojas. 32, Quien lea la portada del novenario y conozca la historia de la provincia capuchina de Navarra y Cantabria en 1798, se preguntará a qué Colegio de Misioneros pertenecía el autor. Aquel año eran dos, ei de Lerín y el de Vera, inaugurados el 25 de julio de 1797, aunque las ordenaciones no se prcmulgaron definitiYamente hasta el capítulo de septiembre de 1798. Véase P. Melchor de PoBLADURA, Seminarios de misioneros y conventos de perfecta vida común. Un episodio del Regalismo espaiiol (1763-1785), en "Collectanea Franciscana", 32 (1962), 299 y 432-433, A pesar de la duplicidad, creo que puede afirmarse que Lerín fue al Colegio del autor, Pues, como a la sazón la provincia estaba dividida en dos zonas lingüísticas, parece obvio que el "misionista vascongado" de Vera, avezado a predicar en vascuence a los fieles de su zona, empleara la misma lengua al escribir un novenario. Para el traslado de uno de los noviciados a Vera en 1803 y supresión de su Colegio de Misioneros, cf. Estadística general de la provincia capuchina de Navarra-Cantabria-Arngón ... (Pamplona, 1928), 108.
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