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202 ANSELMO DE LEGARDA soñaría tal vez con una gloria exclusiva. También aquí van a sonar estro– fas en que se ufanen los capuchinos de la segunda mitad del siglo XVIII de dar a conocer a la Pastora. Nadie podía disputarles el mérito. Pero antes de llegar a la conciencia de la gloria colectiva y a su paladina pro– clamación, pasaron varios lustros. En 1703 se alzó solitaria la figura del P. Isidoro de Sevilla con su idea y su pendón de la Pastora. Carezco de datos para exponer la adhesión de sus hermanos de hábito a la innovación. Observando el proceder humano en casos análogos, fácil sería reconstruir o imaginar las etapas previas al esplendor último: recelo en los más, silen– lencio expectante o censura clara de la novedad, acercamiento mental y luego cordial de los frailes y, por fin, contagio de los fieles que contemplan la efigie y escuchan las palabras inflamadas de los capuchinos en las mi– siones o en las novenas y sermones conventuales. Pienso que, como muestra muy significativa del silencio inicial, podría alegarse una obra del P. Feliciano de Sevilla, Luz Apostólica 15 • Uno de los que firman la aprobación de la Orden en Sevilla, en 11 días del mes de octubre de 1716, es precisamente el P. Isidoro de Sevilla, predicador y cronista en su provincia de Andalucía. En la mentada obra del P. Feli– ciano no hallo alusión alguna a la Pastora ni a su oficio. A ignorancia no puede obedecer el silencio, pues el P. Isidoro viene difundiendo el nuevo título mariano desde 1703. Tampoco puede pensarse en una redacción inalterada de Luz Apostólica anterior a 1703. Pues el P. Feliciano hace constar 1 ' que Felipe V dispuso por los años de 1709 que a un mismo tiempo por todos los obispados de España saliesen misiones. Premio del celo del monarca fue la victoria e doña Manuela Menclive, Condesa de Vallehermoso y Marquesa ele Casajara. Quecl/m registrados estos pormenores para quien estudie la difusión y pervivencia ele la devoción a la Pastora. Además, entre los folletitos ele Zaragoza que luego describiré, me llegó esta perla ameri– cana: ·r / NOVENA / DEVOTA AL BUEN / PASTOR, Y MEJOR / ele todos los Pastores. / Dispuesta por una Oveja / perdida a Solicitud ele / otra devota. / Quien la costea fervoroso, por / el amor, que al Señor tiene en es- / te soberano Mysterio, Don Miguel / Jordán de Vrsino, Médico, y Ci- / rujano de la Ciudad de Santiago / de Chile. / ......... / Con licencia ele los Superiores: / Reimpresa en Lima. Año de / 1745. 14,5 X 10 (13 X 8) cm., 12 hojas. Advierte que las indulgencias van concedidas por el obispo ele Santiago, Dr. D. Juan Bravo de el Rivera. Cada día lleva señaladas tres oraciones: dos comunes a todos y una propia. Acaba con una larga endecha de cuyo principio no puedo dar cuenta por carecer de una hoja el ejemplar. 15. t / LVZ / APOSTOLICA, / OVE DEMVESTRA LA GRAN / excelencia, e importancia ele el / Altissimo, y Divinissimo Exercicio / ele la Santa Mission, y de co- / mo esta se ha de practicar / con especial fruto. / POR EL R. P. Fr. FELICIANO DE / Sevilla, Predicador Ca– puchino, y / Missionario Apostolico. / SEGVN, QUE EL MISMO EXPE- / rimentó su grande vti!idad en / treinta y tres años, que se ocu- / pó en este Ministerio. / Y LA DEDICA, CON TODO SV / corazón, a la Magestacl de Christo / Nuestro Señor, Missionario / Mayor ele las almas. / ......... / Con licencia en Sevilla: Por los Herederos de Tomás López ele Haro, en Calle / de Genova. 147 x 98 (120 X 67) mm., 15 h. + 255 pp. El grab?.do del ejemplar de la biblioteca del -::olegio de Lecároz (Navarra), no sé si es postizo. 16. º· c., p. 56.
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