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78 ANSELMO DE LEGARDA Sorprende otra ponderación de La santa Juana (3, 178b): Por Dios, que habéis cantado bravamente. -iHa estado bueno.~ -No lo entonara Galeno tan bien. La bondad del canto puede estribar en el mismo cantor (3, 147a): Tengo el chorro claro y fuerte. Junto a las buenas cualidades puede crecer un defecto, según La mejor espigadera (4,302a y 309b): Músico el amor parece que, haciéndose de rogar para que a cantar empiece, después no sabe acabar. En Condesa bandolera (2,266a) dos músicos, con sendas guitarras, manifiestan que caminan hacia Nápoles, pero se hacen sospechosos: Y ,·es música solamente la pretensión que lleváis.' Les invitan a cantar previniéndoles que, si lo que cantan no es cosa que importe, allí quedarán mejor, colgados de un roble, o en el mar. Otras intenciones tiene el gracioso de la comedia en otro lugar (6, 189b): se presenta como un pobre barbero «que vengo a sangrar a un músico». Del gusto por la música se trasluce finura espiritual. En El Colme– nero divino (2,35a) el Cuerpo afirma que el Alma gusta de música y con los mismos gustos se nos manifiesta la esposa de Aquiles, Deidamia (6,45b). En Por el sótano y el torno (1,239c) se enumeran las cualidades de un galán portugués de veinticinco años: Afable, noble, entendido, poeta, músico diestro ... [6]
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