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REFERENCIAS MUSICALES EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA 77 Circunstancias Por lo que hace al momento oportuno, cualquiera puede serlo, así de día como de noche. Con todo, tiene embeleso singular la serenata encuadrada en el silencio nocturno. Cuenta la dama la insistencia del galán (1,402): Papeles leí de día, músicas de noche oí, joyas recibí, y ya sabes qué se sigue al recibir. En La romera de Santiago (5,204b) toc:an dentro una guitarra y di– ce el Conde preso en las torres de palacio, cerca del terreno o plaza: Si no me engaño, imagino que un instrumento han tocado. Músicos deben de ser del terretJ,o de palacio, que al silencio de la noche fía sus ansi'as cantando algún amante. Intento frustrado en El melancólico (6, 138a): Anoche cantó a su puerta con otros dos una trova, y, por ni·os, que no era boba, pero no estaba despi'erta la moza, y quedóse en seco. La música nocturna sonará seductora en La venganza de Tamar. La destreza del cantor alcanza alturas mitológicas en El melancóhco (6,117b): Las lici'ones que te di' en la música, maestro te han de llamar del más di·estro, cifrándose Apolo en ti. [5] r

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