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REFERENCIAS MUSICALES EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA 119 Medio centenar de versos con joyas populares intercaladas. Como en otros lugares, como el de las palomas citadas (l ,42bc), o el Peran– tón, Perantón (1,216c), o en la danza de las tres damas mientras can– tan los músicos en Don Gil de las calzas verdes (1,40): Al molino del amor alegre la niña va ... Y apenas llegó a su orilla, cuando ansí escuchó cantar: Borbollicos hacen las aguas cuando ven a mi bien pasar. .. Molinico, ¿por qué no mueles.'? Porque me beben el agua los bueyes... Los personajes de Tirso son incansables cantando y bailando: Trébole, ¡ay, Jesús, cómo huele! Trébole, ¡ay, Jesús, qué olor! (1,311c) Anfriso, dentro de un hora que canten y bailen... (1,576a) A pescar salió la niña tendiendo redes. (1,577c) A recebilla salimos muchos cantando y bailando... (2,242a) ¿Qué parecen valonas que adornan calvas.'?... (4, 462-463) ¿Qué parecen los ricos que empobrecieron?... (4,379a) Se encomia la habilidad del danzante (1,532c): Salió el garzón tan garrido que se llevaba las mozas en el baz'le los domingos. Entre los entremeses de un poeta se cita uno de Los bailarines ver– gonzantes (4,370b). En Los amantes de Teruel (1, 705c) primero la invitación a danzar la gallarda y luego el recuerdo de Flandes, escuela de danzar la planta– rela, se convierten en trágico preludio de la muerte de los protagonis– tas. En Condesa bandolera (2,270c) suena gente y música, salen los [47]