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118 ANSELMO DE LEGARDA Luego se acuerdan del que ha entrado en la iglesia y pronostican las vicisitudes de su vida: Ya el muchacho se gorjea, ya sabe decir ajó, ya le han sacado los brazos, ya le han puesto el correón... Cambian de metro e intercalan una especie de conjuro: Anda, nz"ño, anda, que Dios te lo manda y Santa María que andes en un día; señor Sari Andrés, que andes en un mes... Comienza a aprender como Sancho Panza, el del Quijote (11,42): Ya ha crecz"do y va a la escuela, ya en el cristus da lz"dón 1 , ya sabe jugar al toro, ya corren de dos en dos a la trapa, la trapa, la trapa, en mi caballito de caña. Como el bateo se prolonga, les da tiempo para seguir cantando y bailando, y pintando, cual si la vieran, la vida futura del mamonzuelo: Ya quieren que vaya al campo y aprenda a ser labrador, ya le visten de sayal el capote y el calzón. Caperuza cuarteada su señor padre le dz"o y, probándosela, todos ansí le dz"cen a un son: Que la caperucz"ta de padre póntela tú, que a mí no me cabe. 7 Cristus llamaban a la cruz que precedía al abecedario en la cartilla y al mismo abecedario para deletrear y empezar a leer. [46)