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REFERENCIAS MUSICALES EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA 107 La acotación inicial de La lealtad contra la envidz'a (5,379a) advier– te: «Tocan dentro chirimías y trompetas, como en la plaza cuando hay toros; silbos y grita». Desde fuera asistimos a las incidencias de la corri– da comenzada. En La fingida Arcadia (6,96b) tocan trompetas, chirimías y toda la música al aparecer un jardín encantado. Chirimías y atabales preparan la salida imperial (4, 79a). En Conde– sa bandolera (2,255b) aludiendo a criados y escuderos chismosos, mere– cedores de tormento, se dice: Esos músicos cobardes hacen en palacio alardes, sin él, de culpas de viento. Y el mismo personaje, en la página siguiente, termina así un soneto de improperios contra el palacio: Sean tus escuderos chirimías; órganos, tus lacayos y tus pajes; tus dueñas y doncellas, sacabuches. En Averígüelo Vargas (1,685a) se toma el órgano como punto de comparación: Vargas, tu mano es tan buena que al órgano he comparado la corte: que, no tocado de esas tus manos, no suena. Una tecla vengo a ser del órgano cortesano: si tú no pones la mano, no he de sonar ni tañer. Por otro estilo en El vergonzoso en palacio (1,207a) con referencia a los arrequives o adornos de una mujer mudable: Más arrequives tienen sus amores que todo un canto de órgano. El arpa ha sonado ya un par de veces, en labios de un gracioso (4,256b) y en boca de Quirón (6,17b). La lira, allí mismo y en un proverbio clásico de Ventura te dé Dios, hijo (6,340): [35)

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