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86 ANSELMO DE LEGARDA A pesar de todo, el propio Amón reincide más adelante (4,433a) al suplicar a Eliazer: Eliazer, dime algo, canta, si alivia a amor el cantar. Le complace cantando una filigrana que acrecienta la pasión del enamorado: Cuando el bien que adoro, los campos pisa, madrugando el alba llora de risa. Cuando los pies bellos de mi niña hermosa pisan juncia y rosa, ámbar sale de ellos. Va el campo a prendellos con grillos de flores y muerta de amores, si el sol la avisa, madrugando el alba llora de risa. Parecido es el intento de La romera de Santiago (5,187a), según el diálogo de Linda con el rey Ordoño: -Con Blanca me entretenía cantando. - Tan gran tristeza sólo puede suspender la voz de Blanca ... En El Aquz"les (6,17b), Quirón, profesor de mus1ca del héroe, le censura porque no se deja transformar por el arte: La música, ya tu sabes que, con agudos y graves, ánimos silvestres templa y que al que en ella contempla, le da del alma las llaves. Tocas el arpa y la lira y tus costumbres no tocas; [14]

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