BCCCAP00000000000000000001752

103 planes y actualmente todos los miércoles van a Urbasa, a llanear, porque las rodillas ya no perdonan la carga de los años. Junto a esta afición montañera, fue desarrollando otro aspecto relacionado con Urbasa y con varias familias de la coral. En 1968, volvió con un grupo de Gaztedi a Urbasa, recordando las acampadas organizadas con la Escolanía de Pamplona. Pero habían cambiado las circunstancias y no tuvo tan buena acogida como entonces. En 1970, con la familia Ibarguren y otro grupo de componentes del coro pidió permiso a los capuchinos para pasar allí, en la pequeña casa de estos, unos días alrededor de su cumpleaños, el 2 de mayo. Fue una experiencia de encuentro muy exitosa y decidieron solicitar el uso de la casa todos los años durante quince días, como han venido haciendo desde entonces. Les ha ido sucediendo de todo allí y ha sido una vía de relación entre familias inmejorable. En opinión de Pedro Ibarguren, el hecho de haberse organizado allí dejando amplio margen a la autonomía de cada familia ha sido la clave del éxito de esta singular experiencia. Todos andan juntos en Urbasa, pero cada familia se junta en una mesa a las horas de comer. Y el fraile va pasando de una mesa a otra cada día. Siempre le parece que la comida es estupenda y come sin dejar ningún resto. Los amigos de esta experiencia recuerdan la actitud tan positiva que siempre ha tenido frente a los problemas que han ido surgiendo. A Pello, el hijo de Pedro y Mari Carmen, los días previos a su Primera Comunión se le derramó por toda la cabeza el bote de pintura roja con que estaban pintando el tejado, que cayó al pasar el chaval por debajo. Su madre estaba apuradísima viendo que su hijo tendría que acudir pelirrojo a la ceremonia. O cuando se encontraron con que en la casa no funcionaba ni la calefacción ni el agua porque todas las tuberías se habían congelado. La postura de José Luis siempre ha sido tranquila y sonriente: “ Ya se arreglará, ya lo arreglaremos ”. Y siempre ha sido así. Una niña pequeña que acudió de visita, al ver que todos tenían familia allí, excepto él, le repetía esta cantinela: “ Tú no tienes

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz