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84 estos años con gusto. Entre un grupo de alumnos publicaban una revista, en la que él publicó poemas y dibujos. En estos años conoció el mediófono , un curioso sustituto del armonium. Tenía la misma maquinaria que este, con dos teclados y, para producir el aire, en lugar de pedales, un motor. En verano, solían enviar a los estudiantes a la casita que los capuchinos tienen en la sierra de Urbasa, a descansar durante el mes de agosto. Un día, seguramente la víspera de la Asunción, al atardecer el tutor les dio permiso para que anduvieran de fiesta, en aquellos parajes, hasta la una de la madrugada. José Luis cogió el txistu y el tamboril y comenzó a tocar pasacalles y canciones alegres. La escena sería memorable: un grupo de unos veinte jóvenes, vestidos con hábito capuchino, saltando al ritmo de un tamborilero también fraile. A esas horas no solía andar nadie por allí, pero casualmente apareció un camión que paró justo ante el grupo saltarín. El camionero abrió la puerta y les preguntó sin salir de su asombro: —¿Qué hacéis? –Al escuchar la pregunta, José Luis le dijo: —Ven tú también a bailar. El camionero se rio, entró de nuevo en el camión y siguió su ruta. José Luis consiguió compartir su alegría con él. Recibió las órdenes menores, subdiaconado y diaconado, en la iglesia del Seminario de Pamplona, junto a un numeroso grupo de seminaristas de diferentes órdenes religiosas. Y el 23 de diciembre de 1953, recién comenzado el último curso de Teología, como era costumbre, el obispo capuchino y guipuzcoano Gregorio Ignacio Larrañaga, que había sido expulsado de la China comunista, lo ordenó sacerdote, en la iglesia de San Antonio de Pamplona, por medio de la imposición de manos y junto a varios compañeros de estudios. A los pocos días, vino al convento de San Sebastián, el 2 de enero, para preparar su primera misa. Este viaje lo aprovechó para, después de tantos años, volver a visitar la casa familiar de la calle Hernani. Recuerda que al pasar por las puertas sentía la necesidad de agacharse. Había marchado siendo un crío y volvía

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