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64 se produjo una brecha entre los hermanos, mientras que los mayores aprendieron con naturalidad el euskara en el trato familiar, los pequeños quedaron cojos de este conocimiento, para el cual además el ambiente escolar y callejero tampoco ayudaban nada. José Luis era de estos últimos. Aunque en la infancia no lo percibiera tanto, con el paso de los años, este vacío se tornaría herida. Pertenecían a una familia de un nivel económico y social humilde. Isidro era un sencillo trabajador municipal con un sueldo bajo que, además, como txistulari, conseguía algunos ingresos extra. Sus esfuerzos para sacar adelante a aquella familia no se quedaban ahí: construía txistus y tamboriles, siguiendo la afición que había cultivado su padre. También impartía clases de txistu en el domicilio familiar. Tuvo entre sus alumnos personas de fama. Nicolás Ormaetxea, Orixe el gran escritor vasco que tenía gran ilusión por aprender el manejo del txistu estuvo entre ellos. Sin embargo, Isidro, tras darle unas lecciones, pudo observar que no estaba dotado para aquel aprendizaje. Y lo encaminó hacia el atabal. Existe una hermosa fotografía en la cual Txomin San Sebastián, txistulari de Astigarraga e Isidro, grandes amigos, aparecen interpretando una pieza junto a Orixe en una sobremesa. Ignacio Lojendio 6 , miembro de una de las familias más linajudas y adineradas de San Sebastián, también acudió a aquella casa a recibir lecciones de txistu. Solía llevar de regalo para la prole chocolatinas, que eran muy apreciadas. 6. La familia Lojendio era muy conocida en San Sebastián. Además de tener una gran riqueza patrimonial, pertenecía a la derecha cristiana y vascófila. Un hermano, Luis María, sacerdote y fraile benedictino fue durante muchos años el Abad mitrado de “ El Valle de los Caídos ”. Otro hermano, Juan Pablo, fue embajador de España en Cuba, donde un día de San Sebastián, interrumpió un discurso de Fidel Castro en la televisión cubana y generó una dura discusión con este, porque había realizado diversas acusaciones contra España. Todos ellos hablaban muy bien en vascuence, que habían aprendido en casa, y Jose María, otro hermano, llegó a ser presidente de Euskaltzaindia en la posguerra. Ignacio, además de aprender a interpretar con el txistu, compuso algunas piezas para este instrumento y fue uno de los fundadores del coro Schola Cantorum de San Sebastián, donde cantaron algunas de sus hermanas. Obtuvo la Cátedra de Derecho Civil en la Facultad de Derecho de Sevilla, donde pasó a residir casi toda su vida.

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