BCCCAP00000000000000000001751

Lesaca, de Verha, de Lerín, de Bastán, de Alduyde, de Bai- guer e de Ossés». Al describir la economía pastoril de un pueblo, suele dis- tinguirse entre ganados granados y menudos; se conside- ran como ganado granado las reses mayores, de vacuno y caballar; y como menudo, las cabras y ovejas. Fuera de ambas categorías se mencionan los puercos, que no pas- tan menos, pero que no se consideran pastoriles. En la historia del valle de Baztán su importancia es relevante. Cuando se acuerdan convenios con Urdax, se especifica que sus granjeros o bordeantes podrán gozar del pasto, aguas y hierbas de los términos de Baztán con a cada 14 puercos y no más; en las facerías no solamente se determinará su número, sino su admisión en las épocas y años de pasto y no pasto; pero, lo que es más notable, el asunto de los puercos provocará en Baztán dos de los hechos jurídicos más trascendentales en su historia político-administrativa: o pS EEN la Executoria de hidalguía, ya mencionada, y las Ordenanzas, cotos y paramentos de la universidad y noble valle de Baz- tán. Cuando el año 1410 intentó Carlos lll una cobranza aná- loga a la de su padre por el quinto de sus yermos y mon- tes, Baztán, que se siente atropellado, niega a los quinteros y oficiales de la señoría mayor la pertenencia real de sus términos comunes. «Y sobre esto, sin ser fecha otra decla- ración, el dicho Rey Don Carlos finó sus días». Y cuando sus sucesores, la reina doña Blanca y su es- poso don Juan ll de Aragón, aguijados por los apremios de su política peninsular, volvieron a reclamar, como pleito fallado a su favor, la quinta de los puercos ajerizados, los baztaneses, conscientes de su unidad comunitaria y de su inviolabilidad predial, se reunieron en concejo abierto o ba- zarre general, eligieron por sus procuradores, facedores y actores de sus negocios a los más ilustres de sus palacia- nos, con otros del pueblo menudo, y lanzaron a la señoría mayor aquel grito gigante que, si estremeció a los alcaldes Boa