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régimen económico-administrativo: el recurso directo al so- berano «por parte de las gentes e universidad de la villa et lugar de Eligondo en nuestra tierra de Baztán», sin in- tervención de su universidad; y la existencia de unas ren- tas locales «de dineros e heredamientos, molinos, manca- nedos, bustalicas e quoalesquiere otros drechos», sujetas al pago de un canon por los 80 florines de Aragón que se ha- bían recibido de doña Toda Martínez de Medrano, mujer del chambelán real, mosén Fernando de Ayanz. ¿Cómo se in- sertan estos bienes de propios con el sistema comunitario del valle de Baztán? Por lo demás, esta tierra nunca fue pechera o sujeta a tributo. En los comptos del reino de Navarra, si exceptuamos los cuarteles o donativo votado en cortes, que solamente pagaban las gentes libres e ingenuas, no se registran otros cobros por parte de la señoría mayor que ciertas lezdas por el ejercicio de algún oficio, como el de ferrón, o los men- guados emolumentos que producían a la corona el censo y molino de Mayer o Amayur, el alquiler de las bustalizas o majadas de Orzarren y de Abericia, el diezmo de la iglesia de Zurrauren y ciertas peitas o recargos sobre la casa de Echeverría «de la villa de Arizcun» y las de Iturraldea y Axudicoechea «de la villa de Almándoz». Con esos ingresos (unas 20 libras anuales), más otros tantos carlines de la real tesorería, se pagó al mesnadero o capitán de la guar- dia real, Miguel Sánchez de Ursúa, en los días de Felipe ll y de su mujer la reina doña Juana; y con ellos se conti- nuó pagando al baile de la dicha tierra y universidad bazta- nesa. POR UNOS PUERCOS AXERIZADOS Aunque todos los sobredichos baztaneses fueran fijos- dalgo «et por esto non han cargas algunas de pecha», Car- los Il, a quien por sus intrigas internacionales iba faltando el dinero, nervio de la guerra, pensó haber dado con un filón que a nadie mancillaba en su nobleza e infanzonía. Y con apremios reales despachó por los Alduydes y por los términos de Vera, Echalar y Lesaca y por tierras de Lerín y de Baztán a Juan Lopis de Zabaleta, merino de Vera y de Lesaca y a Juan Périz de Iturbide, baile de Baztán y al sosmerino de la tierra de Lerín para que recorrieran aque- llos parajes; y con el concurso de cuantos oficiales regios fueran menester, secuestrasen todos los puercos de Labort y de Guipúzcoa y de tierras de vascos (Baja Na- varra) los confiscasen y aplicaran el producto de su venta a la hacienda del rey, «como aquéllos que son entrados en nuestro Regno et an comido et comen et explotan nuestros paztos e de nuestros yermos e montes sin nuestra licen- cia». Y les mandó asimismo decomisar el producto del arrien- do de pastos (a razón de diez sueldos por puerco ajerizado G extraño), por haberse contratado «contra toda razón y en usurpación y aniquilamiento del real patrimonio». No consta protesta alguna por parte de los ribereños del Baztán-Bidasoa; más aún, los receptores reales realiza- ron los cobros, al menos parcialmente, en razón de «la be- llota e lande e hierbas e agoas» que puercos axerizados ha- bían disfrutado en los «montes e yermos de las tierras de huron