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edad media baztanesa otros frenos a su empuje expansivo, según informes que se dieron a los receptores de cuentas: la mortandad, que en el vado entre ambos siglos XIV y XV, había dejado desiertas no menos de cuarenta casas; y «la mucha pobreza en que vivían». Pero aquellos 212 fuegos medievales han proliferado, a lo largo de las nuevas centurias, más que los del resto de las Españas. Las estadísticas del siglo XVIIl van registran- do, con leves alteraciones, hasta 753 casas vecinales (sin contar los 27 palacios antiguos y modernos), más 252 mo- radores que no gozaban de vecindad, más 109 casas de pobres. Arizcun, el núcleo más poblado, con 114 vecinos, 31 moradores, 21 pobres y 5 palacios; Errazu, 108, 18, 12 y 4 palacios; Elizondo, 92, 53, 15 y 3 palacios; Irurita, 75, 32, 16, más 2 palacios; Lecároz, 48, 12, 4 y 2 palacios; Arráyoz, 38, 20, 7 y 3 palacios; Azpilcueta, 45, 8, 2 y 1 palacio; Oronoz, 40, 18, 8 y 2 palacios; Elvetea, 33, 11, 4 y 2 palacios; Aniz, 12, 2, 1, ningún palacio; Almándoz, 27, 54, 4; Berroeta, 25, 12, 5 (estos tres últimos lugares, sin palacio de cabo de armería). Al comparar las estadísticas antiguas con ésta última, Francisco Antonio Miñón, procurador del lugar de Urdax, comentaba: «Este excesivo aumento ha dimanado de ha- berse ido poblando con licencia de sus respectivos dueños los suelos propios de palacios». Cita en abono de su aserto algunos de dichos asentamientos, por contratos censales, como el de aquellas familias que entre 1585 y 1620 tomaron en arriendo y solar tierras que el monasterio premostratense poseía en Elizondo; las familias que habían logrado afin- carse en los 18 casales, con las 9 huertas, 97 peonadas y otras muchas heredades y pertenencias que el citado mo- nasterio de Urdax vendió a don Pedro de Ursúa, rector de la parroquial de Errazu y dueño del palacio de Apezteguía (finales del s. XVI). Con nombre de censo perpetuo, que no mancillaba hi- dalguías, pagaban varios vecinos a los dueños de los pa- o

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