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Anglés y el maestro de capilla de la catedral de Pamplo- na, Sagaseta Aríztegui. Escribió mosén H. Anglés: La obra musical de Teo- baldo aventaja en cantidad de piezas conservadas con su texto y su tonada a todos los trovadores provenzales y troveros franceses. Si Alfonso el Sabio le supera en nú- mero con sus 423 cantigas marianas, su obra fue en colaboración con músicos y trovadores que tenía a sueldo en su corte; mientras que el repertorio poético y musical de Teobaldo procede todo de «creación personal». No obstante, «las cantigas marianas ofrecen una rique- za y una variedad de melodías que supera en mucho la calidad de las tonadas del rey navarro», aunque deno- tara en ellas talento de compositor y dotes de músico consumado», No entendemos qué quiso significar el docto musicólogo cuando escribió que el rey Teobaldo nos había lena «un repertorio de 541 poesías y 410 melodías», siendo así que el editor crítico más autorizado de las «Chansons de Thibaut de Champagne», A. Wallenskóld, no admite más que 71 de esas composiciones como auténticas: 56 porque así lo confirman dos familias de manuscritos; y las res- tantes, hasta 71, porque sobran indicios de crítica inter- na y externa para atribuírselas, Se conservan en 32 manuscritos antiguos, que guar- dan las bibliotecas de París, del Vaticano, de Londres, Oxford, Módena, Arras y Frankfurt del Main, Canciones de amor son las que privan, por su número y por su calidad; a las cuales han de añadirse, también sobre tema de amor, las tensons y jeux-partis, las dos deliciosas pastorelas, sus canciones a la Virgen y su lai religioso, mariano-pe- nitencial, y las de cruzada. Constan de cinco estrofas las canciones y de seis los debates (tensons y jeux-partis), más una dedicatoria («en- voi») a una dama o a un su amigo, con riquísima variedad de ritmos y de rimas. Masdieu, en su «Historia de la poesía francesa», atribuye al rey Teobaldo la introducción de la alternancia regular de las rimas masculinas y feme- ninas (sílaba final tónica o muda). CANCIONES DE AMOR Si en ocasiones canta el poeta, con la gracia saltarina de un surtidor, sus goces y sus penas de enamorado, pa- rece reposarse en otras con la psicología analítica de mal de amores. Píramo y Tisbe, Tristán e Isolda, el mago Merlín, el pelícano, el ave fénix, el unicornio, la zarza y la alondra, la primavera florida y los hielos invernizos son fuego, tortura, desilusiones y alegrías de su corazón, nun- ca tan desengañado que no parpadee siempre un pábilo de esperanza. A) Per confortar ma pesance Faz un son, Bons ert, se il m'en avance; Car Jason Cil qui conquist le ttoison, N'ont pas si grief penitance. El el el E
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