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bantes, lo cual supone un manejo de libros y fichas con una memoria prodigiosa especialmente para el último vo- lumen, que lo dictó desde su cama de enfermo desahuciado. A fin de cuentas el libro | es una catequesis sobre los ángeles y su ministerio entre los hombres, su relación con la Santísima Trinidad y con los principales misterios del Cristianismo, desde la Encarnación hasta la Ascensión de Cristo al cielo, protegiendo a la Iglesia hasta el final de los siglos; los presenta como personajes vivientes, según la mentalidad de su siglo, que batallan contra el Mal y protegen el Bien. Nuestros antepasados disponían de más tiempo que no- sotros para tales lecturas en las largas noches de invier- no, en que no había diversiones, ni salas de fiestas. Así se explica que hayan llegado hasta nuestros días las es- cenas narradas en este libro, recopilación y enciclopedia de cuanto se podía saber sobre San Miguel en teología, Biblia, historia, leyendas y tradiciones. El crítico oficial de la obra, fray Joseph de Urtasun, carmelita de la antigua observancia, doctor en teología, re- firiéndose a esas leyendas y tradiciones, afirma «que deben ser respetadas cuando no van contra la fe y las buenas costumbres, ni hay mezcla de peligro alguno y son dignas de observarse con piadoso respeto», Jimeno Jurío nos ha dado una buena sinopsis sobre el caballero de Goñi, su penitencia y el culto al arcángel en el número 70 de esta colección, Antes de entrar en explicaciones, se debe admitir que la leyenda de Teodosio de Goñi comenzó a formarse en el siglo XVI, y granó del todo en el siglo XVIII. El Príncipe de Viana ni siquiera la menciona, a pesar de tener por escude- ro a uno de los Goñi. Los Goñi aparecen en Peralta, Falces, Tudela, Marañón y Pamplona. En el pueblo de Goñi no hay ningún palacio de la familia hasta muy tarde, ya que el pueblo dependió de la corona y no de un señor. En el siglo XVI, o mejor en 1517, Juan de Goñi consi-