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ciclopedistas. Clima, en definitiva, poco propicio para la vocación misionera. Como causas de la falla misionera, el Beato Diego José de Cádiz, misionero y gran orador de estos años, señala la ociosidad y la falta de oración. Más aún, llega a la conclusión de que el sacerdote que no siente el espíritu misionero deja inactiva la gracia de la ordenación. No es necesario que Dios nos llame directamente. Basta que lo indiquen los superiores y se puede llegar a un enten- dimiento. CRUZY RAYA En esta situación, fray Miguel presenta un plan gigan- tesco en el que no andaba muy equivocado... Propone la renovación de los colegios de misiones, pero con ciertas condiciones. Si habían fracasado sus conventos de retiro en Italia, no quiere que fracasen en España estas funda- ciones misionales ideadas por su amigo el santanderino P. Pablo de Colindres, antiguo superior general de los ca- puchinos. El tipo misionero exige pasión, osadía y fuego; las almas flemáticas o comodonas nunca serán misioneras. Para ellas, Dios personal es impersonal, lo mismo que para la mayoría de los seres humanos y, estando presente en todo, está ausente para casi todos... El Consejo de Indias oye las proposiciones de fray Mi- guel en continuo bombardeo; responde que podía haber ejercitado aquel espíritu misionero en Arequipa y no haber renunciado. Pero el Consejo de Indias podía considerar que el antecesor de fray Miguel, abad de lllana, renunció, lo mismo que su sucesor, Chávez de la Rosa. No era la situación en América tan fácil como se creía en España. Quedaban resquemores de la revuelta de Tupac-Amaru y se imponía la consagración de obispos criollos en lugar de los peninsulares. Corrían ideas independistas en América, que en el Perú fueron neutralizadas por el diplomático virrey Abascal (1804-1815). Fray Miguel tiene en su alma la preocupación de las misiones capuchinas en América y diseña un programa para los colegios de misiones que entrega al Consejo de Indias. Hay escritores que han tachado esta machacona porfía del pamplonés como una debilidad senil; otros la han calificado de enorme celo misional. El programa nos dirá la verdad. Helo aquí, después de su experiencia como visitador: 1. En todas las provincias capuchinas de España ha- brá colegios de misión. 2. El personal que lo atienda estará compuesto por veteranos misioneros que ya conocen América y puedan así crear un ambiente entre los jóvenes y adaptarlos al exterior. 3. Que todos los años vaya suficiente número de misio- neros a nuestras misiones de América, lo mismo que a nuestros colegios de misiones. 4. Que no muera ni indio sin bautismo ni misionero sin confesión. e

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