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El 20 de mayo de 1786, se fundó definitivamente el hos- picio de San Francisco en la ciudad del Valledupar, a tenor con la real cédula de 20 de junio de 1782. Según el arzobispo de Cartagena, don Baltasar Jaime, la tardanza en establecer dicha residencia para retiro de los misioneros, enfermos de cuerpo o de espíritu, fue una de las causas del retraso en la evangelización de los indios goajiros. Respecto a los colegios de misiones, las opiniones de los virreyes de Nueva Granada, navarros los dos, don José de Ezpeleta y Beire de Galdeano, pamplonés, y don Pedro de Mendinueta y Múzquiz, nacido en Elizondo, eran favora- bles. Así se experimentaban las vocaciones, se aprendían las lenguas indígenas, tomando noticia de sus costumbres y su carácter. El cuidado de los virreyes y los buenos informadores hicieron emanar de Carlos lll leyes justas, cédulas de pro- piedad, por las cuales se han gobernado hasta 1950 tri- bus indígenas en la región de Paso (Colombia). Hablando en términos generales, fray Miguel encontró que las misiones valencianas debían proveerse, cada tanto tiempo, de nuevo personal y, para eso, dividía el terreno en misiones de vanguardia, con su hospicio central de Valledupar, y misiones de retaguardia en pueblos y ciuda- des ya formados, con el hospicio de Bogotá que servía de casa de estudio, retiro, enfermería y despacho de asun- tos con los virreyes. A pesar de las críticas de ciertos frailes misioneros, fray Miguel fue bien recibido por Carlos lll, que agradeció sus informes. Se buscó un término medio entre las quejas de los mi- sioneros y las alabanzas del rey; se le nombró presidente de la nueva expedición para el hospicio y misiones circu- lares de Bogotá y Santa Marta, además de ser nombrado visitador informativo de las misiones capuchinas en las Guayanas, Cumaná, Caracas, Maracaibo, capitanía general de Caracas y virreinato de Bogotá, pertenecientes a las provincias Cataluña, Aragón, Andalucía, Navarra y Valencia. El P. Antonio de Muro será el visitador canónico, con lo que se daba satisfacción al prefecto P. Moratalla y no se desatendiían los informes pesimistas del P. Pamplona. La expedición embarcaba en La Coruña el 5 de junio de 1778, para presentarse en Bogotá el 24 de octubre, des- pués de una misión en Puerto Rico. PROYECTOS Y SUEÑOS Los capuchinos habían fundado en suelo venezolano 229 pueblos, que a nuestro visitador le parecieron pocos para la labor de ciento cincuenta años. Propiciaba la creación de centros al modo de Colombia, de manera que las cinco misiones capuchinas se mantuvieran separadas, según sus provincias de origen, con un procurador general en la Corte y un hospicio en Caracas con un prefecto general, un viceprefecto y un secretario que gobernarían las misiones y las visitarian, al menos una vez, cada siete años. Estas autoridades trabajarían sincronizadas con el procurador de > 72h Esto alarmó al procurador aragonés de Cumaná, . Mores. so cs