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Aún quedaban voluntarios carlistas en 1944 que habían visto a don Carlos después de la entrevista, y ho manifes- taron al P. Gumersindo de Estella, autor de la vida del Padre es gi gran preocupación que notaron en el joven don Ss : HACIA FRANCIA Hasta el día 9 de junio permaneció en Murieta, fecha en que emprendió su regreso a Bayona. El 14 del mismo mes escribe desde Arizcun a su hermano: «La salud la tengo perfecta, pues todo el camino lo he hecho a pie con buenos soles. La misión que traje la he cumplido a medias, porque las circunstancias han variado, y por ahora, no se puede hacer más». Las circunstancias a que alude el P. Esteban se refieren al fuerte contratiempo de los carlistas en Bilbao. Habían sido derrotados los generales republicanos Moriones y Se- rrano, pero al poco tiempo murieron los generales carlistas Ollo y Radica, desgracia 'que impresionó a los voluntarios. Finalmente el Gobierno de Madrid envió una masa enorme de combatientes dirigida por el general Concha, que consi- guió auxiliar a la villa y pretendió envolver en una gran ma- niobra a los carlistas de Navarra. El 27 de junio fracasó la columna que debía tomar las posiciones de Monte Muro y la ciudad de Estella, base de la maniobra proyectada. El general Concha, al frente de sus tropas, encontró la muerte en las primeras líneas. La suerte se tornaba favorable y el P. Adoáin regresó de Bayona a Navarra para tener una entrevista con la Junta carlista y el Estado Mayor de don Carlos, que se hallaban preocupados por el fin de la guerra cantonal, la proclama- ción de Alfonso Xll como rey de España en Sagunto, por Martínez Campos, y la concentración de 200.000 hombres por parte del gobierno de Madrid para enviarlos al Norte. Los carlistas levantaron los bloqueos de Irún y Pamplo- na. La Junta carlista no estaba para conventos. Nuestro hé- roe aprovechó el tiempo para misionar en Bayona, Biárritz, Espelette, Urrugne, Amotz, Biriatou, Larressone, Cambó, Zu- garramurdi y Vera. En Vera predicó en el día de Santa Bár- bara a los artilleros carlistas a petición de la fábrica de municiones dirigida por don José de Lecea. Siguió su apos- tolado en las posiciones carlistas de Lastaola, Urcaba, San Marcos y Astigarraga. Finalmente escribe el 18 de junio: «Me vine a Bayona antes de la confusión». El 28 de febrero de 1876 había repasado don Carlos los Pirineos por Ar- néguy. El P. Esteban los había franqueado por Dancharinea. Los dos emplearon la misma frase al despedirse de España: «Vol- veré». Don Carlos no volvió. Las circunstancias políticas se lo impidieron. El P. Esteban volvió, y empezó su labor de restauración de los capuchinos, no por Navarra, sino por Andalucía, debido al temor de Cánovas a una nueva su- blevación. (*) Pablo Irisarri, natural de Urepel, voluntario carlista del tercer batallón de Navarra, aseguró que la entrevista se verificó en Morentin en casa de la familia García. >

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