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por lo menos tuviese actividad muy escasa. Cosa parecida ocurrió a otras ferrerías próximas a ésta, de las que he podido recoger muy pocos datos; por ejemplo, la de Bidarray, en el valle de Ossés, o la de Arnéguy, junto a Valcarlos, que se alimentaba del yacimiento minero de Ondarola. Lefebvre nos habla también de la de Mendive, también en Cize como la anterior, se localiza junto a un pe- queño afluente del Nive y Fondguilhen nos cuenta cómo la visitó en su gira por Baja Navarra, encontrándola «fort occu- pée» y presenció una colada nocturna, calificándola de ma- ravillosa; se alimentaba de las minas próximas de Egourre. (Paul de Fondguilhen, «En Navarre. Sites. Costumes. Légen- des», 1892 pág. 20). Ferrería de Banca: En el valle de Baigorry existió otra ferrería que trabajó el cobre y llegó a ser la de mayor im- portancia de todo el país vasco-francés. Instalada a medio camino entre San Esteban y Alduides, junto a Banca, su montaje y florecimiento se debe al suizo M. Bougniéres de la Tour. siguió éste el permiso regio de Luis XV, en 1728. A partir de 1745 la producción creció repentinamente por el descubrimiento de un rico filón de mineral. Su nieto, M. de Meuron, la vendió en 1776, cuando ya la explotación comen- zaba a decaer. Se pueden ver todavía cerca de Banca las ruinas de esta factoría, impresionante, como todas. Prime- ro la escasez de combustible y después la Revolución, aca- baron por completo con estos establecimientos; intentos posteriores de renovación, 1823 y 1873, no tuvieron éxito. Como dato etnográfico, permíitaseme recordar la angus- tia de las familias anesas que durante la guerra de la Convención (fines del siglo XVIll) se vieron sorprendidas por la noticia de que sus cabezas de familia, que habían acu- dido en ayuda de las e os españolas (con alimentos y mu- nición), «...continuaron ta Banca y desde allí, por ca- mino recto, a Baigorry, y, antes de llegar a la Herrería de la Condesa de Echauz, fueron sorprendidos...»; hubo de inter- venir la Diplomacia para liberar a los pobres vecinos - de Baztán, que perdieron incluso sus animales de carga. (Arch, Ayunt. Baztán). FERRERIAS DE LABURDI Ferrería de Ainhoa: En un curioso documento existente en el Ayuntamiento de Baztán, aparece como testigo y de- cisor de la construcción de una nueva ferrería, compartida a el monasterio de Urdax y el valle de Baztán, Domingo lagaray, «alis bulon», herrón de la herrería de Ainhoa, La fecha es del 4 de mayo de 1584, Existió ciertamente una ferrería en las cercanías de este poblado francés en la orilla del riachuelo Opalacia; se lla- maba Olatxo (la pequeña ferrería). La cita Haristoy («Re- cherches historiques sur le pays basque»), y, según refe- rencia de Martín Elso, el 19 de febrero de 1828 el vecino de Ainhoa, Jacques Riviére, fue autorizado por el consejo municipal a añadir a la fábrica de hierro dos piedras de mo- lino para moler granos. Complemento muy común en mu- chas ferrerías. Ferrerías de Saint-Pée (sur Nivelle): El mismo documen- to citado da aquí el nombre del herrón de la forja de «Sam- per», Domingo de Iparraguerre.

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