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Valcarlos solamente por el río Nive de Arneguy (Saint Saud, op. cit.), Efectivamente, Idoate en sus «Notas para el Estu- dio de la Economía de Navarra» nos habla del Informe del Consejo Real emitido en 1578, donde se habla de tres fe- rrerías establecidas en término de Valcarlos, «que no en- traron en la composición, por ser de menos provecho que las otras, porque no tienen agua continua». Se trataba, por tanto, de las ferrerías regacheras que trabajaban poco, por falta de agua, No hay noficia alguna de su funcionamiento en los siglos XVIII y XIX. : Vera Bidasoa: Gran villa ferrona, otra de las cinco villas. Lugar rico en minas y abundante en bosques, no ha de extrañar la cantidad y la calidad de sus ferrerías. Citadas ya antes las del siglo XV, en distintas listas posteriores se citan hasta ocho ferrerías (Idoate, loc. cit.). A finales del siglo XVII! había dos de grandes dimensiones (D.G.H.), y a mediados del pasado siglo quedaba al parecer en funciona- miento solamente una, «Ola-aundia». Esta villa supo transformar su tradición metalúrgica en técnica más moderna. Durante la primera parte del presente siglo funcionaron los «Altos Hornos de Vera», alimentados de minerales en gran parte propios. En su lugar funcionan hoy «Fundiciones de Vera», con lo que la tradición ferrona sigue perpetuándose. Vera sigue siendo país minero, con dos filones de impor- tancia, el «Baldrun» de carbonato de hierro, y el «Ley» de oligisto, ambos en explotación (C. Baroja). Yanci: «Una ferrería llamada Berrizáun que en 1847 tra- bajó 1.070 quintales de hierro». Ya en el siglo XVI se habla de las ferrerías de Berrizáun, término de Yanci, a lo la del río Bidasoa, en las proximidades del actual «Ventas de Yanci»; existieron el Berrizáun de Yuso y el Berrizáun de Su- so que después se debieron unir en una gran factoría, de la que hoy sólo quedan ruinas adosadas a la carretera vin- cial Oronoz-Behovia, unos dos kilómetros antes de Ventas de Yanci. El acceso para su visita es algo dificil. Todavía se conservan grandes cantidades de mineral cal- cinado y cribado de forma adecuada para su tratamiento en el horno; se localiza fácilmente la serie de hornos, fuerte- mente calcinados y rodeados de escoria terrosa y blanda. Ferrería de cobre de Aralar: Aunque situada en la ver- tiente guipuzcoana de la sierra de Aralar, permitaseme ci- tarla, por tratarse de una compañía explotadora constituida casi en su totalidad de empresarios navarros (cfr. Jesús Elósegui, «Las minas de cobre de Aralar», 1732-1804, SGEP, San Sebastián, 1974). Se alimentaba exclusivamente de la mina de Arritzaga, a 800 metros sobre el nivel del mar, En sus distintas etapas tuvo rotundos fracasos y también gran-

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