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Real Fábrica siguió un ritmo floreciente, aunque sus rela- ciones con los vecinos no fueron del todo acordes en todo momento. En efecto, como más tarde en Orbaiceta, tampoco aquí resultó de excesivo provecho para los naturales la presen- cia de la Ferrería Real. En caso necesario, el director de la misma, por lo general una alta graduación del Ejército Real, requisaba animales y carretas a los vecinos para el transpor- te de los diversos materiales; en «Recopilación de todas las leyes del Reino de Navarra...» (Pamplona, 1614, fol 178, v.) se dice: «...no envíen ni sean compelidos a enviar a dicha Herrería número de acémilas con sacos, aderezos, pa- ra fin de acarrear mena, carbón, ni otros materiales... Y los que portaren mena de la Herrería de Irurita a la Herrería de Eugui...». Aquí aparece una referencia que no he podido comprobar: ¿Existía una ferrería en Irurita? ¿No será la an- tes citada, posiblemente localizada en Arráyoz, pertenecien- te a un tal Martín Périz de Irurita? Esta ferrería de Eugui fue una de las cuestiones litigio- sas con los franceses en el largo y vidrioso pleito de los Alduides, resuelto por fin en 1856 (Tratado de Bayona), por la cuestión de bosques, carboneo, minas y caminos, ya que la delimitación de la línea fronteriza estaba muy confusa. En repetidas ocasiones se intentó trasladarla a los centros armeros de Guipúzcoa. : Existió una ferrería con explotaciones mineras bastante buenas. En 1787 se solicitó la transformación de la ferrería para el aprovechamiento del cobre. Entre Ezcu- rra y Erasun estaba la ferrería de Ollín que en algunos auto- res aparece como del término de Erasun. : Existió una ferrería muy antigua, alimentada de una de las minas inmediatas. A fines del siglo XVIIl es- taba paralizada. Goizueta: De gran tradición ferrona y minera, a fines del siglo XVIII tenía en funcionamiento cuatro ferrerias; dispo- nía de minas de cobre y hierro y tenía una fábrica de cha- pas de cobre. imoz (Valle de): Comprende los pueblos de Echalecu, Eraso, Latasa, Goldáraz, Urriza, Oscoz, Múzquiz y Zarranz; Madoz, sin especificar lugar alguno, señala la existencia de ferrerías de poca importancia. Leiza: Es otra de las villas de la Montaña de gran tra- dición industrial, ferrona y minera. En el siglo XVI contaba con más de seis hornos de hierro y cobre; en el siglo XIX parecen seguras cuatro ferrerías, algunas de gran impor- tancia, Se habla de martinetes donde se tiran planchas de cobre y talleres donde se fabrican calderas, chocolateras, marmitas y serpentines para destilar aguardiente, «Tiene tam- bién ocho fraguas de hachas muy acreditadas en toda Na- varra y Guipúzcoa» (Madoz). : Tuvo siempre muchas y grandes ferrerías alimen- tadas en parte de sus minas; Madoz señala tres, existentes a principios del siglo XIX. En 1847 funcionaban las tres, pues su reparación, al pasar de un arrendador a otro, supuso un desembolso de: «2.825 reales de vellón para la ferrería de Bereau, 1.924 para la de Biurgaray y 7.975 para la de Ercaiz- ti» (Esparza, loc. cit.). : «En sus términos y a distancia de una legua estaba la Real Fábrica de municiones, que fue arruinada en la última guerra con Francia» (Madoz). Esta ferrería, algo más arriba del emplazamiento de las actuales ruinas, comenzó a funcionar en el siglo XV; en 1432 doña Blanca de Navarra concede el permiso correspondien- Po

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