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Navarra que trabajaron en el siglo XVIIl, y muchas de ellas en la primera parte del siglo XIX, Aizároz: (Basaburúa Mayor). Tuvo una ferrería y dos ca- seríos antiguos en el término Ecuzaburua; pertenecía todo a un caballero particular. Alsasua: Existe una referencia muy particular que la lo- caliza en el actual enlace de las carreteras de Madrid y Pamplona, junto al río, donde existen restos de construc- ciones antiguas, molino harinero, etc... Aralar: Además de la fábrica y las minas de cobre que quedaban en la vertiente guipuzcoana de la sierra, hacia Amézqueta, funcionaron dos ferrerías en la parte navarra, en las orillas del río Lizarrusti que vierte sus aguas en el río Araquil. Madoz las llama «ferrerías de Elcorri»; suelen elaborar durante ocho meses en cada año». Aranaz: Una de las cinco villas de la montaña, con Yanci, Echalar, Vera y Lesaca, las grandes villas ferronas, poseyó una gran ferrería en las orillas del río Arrata; visité su em- plazamiento el día 27 de julio de 1975; queda una hermosa construcción habitada, con bella fachada de corte muy an- tiguo, una presa, hoy modernizada pero con claros restos de su antigua construcción, canal y una casa abandonada en sus cercanías; la presencia de escorias es muy notable, princi- palmente en torno del primer edificio citado; es escoria ví- trea, negruzca y pesada. Se llamó ferrería de Araníbar. Arano: Lo mismo Altadill, que Madoz, que el D.GH . re- calcan la importancia de esta ferrería, «Hay una ferrería en Arrambide, en la parte oriental, con movimiento hidráulico, obteniéndose en el primer departamento el lingote y funcio- nando en el segundo el martinete para dar al hierro formas laminares. «La elaboración del carbón es muy activa en los diversos lanteguis que funcionan en sus montes. En el pri- mer departamento trabajan noche y día cinco personas, y en el martinete, seis, alternando por mitad y trabajando tres por día. Se gastan anualmente más de 10.000 cargas de car- bón en ella». Areso: Hubo una hermosa ferrería que no podía trabajar todo el año por falta de agua. «Sensible es, dice Madoz, que dicha ferrería se encuentre paralizada cuando en tiem- pos no remotos elaboraba mucho y buen hierro». : El valle de Baztán ha explotado diversas minas de hierro, cobre y plomo. Además de las primeras ferrerías de las que se tienen noticias poco concretas, hubo una her- mosa ferrería en Elvetea, término llamado hoy Olazar. En su emplazamiento se encuentra abundante escoria, negruzca y pesada; y todavía quedan restos del canal y algunas pare- des de buena construcción. Dejó de funcionara fines del siglo XVIII. Era propiedad del Valle y se hacían subastas periódicas para su explotación. En 1750 no hubo postor para el arriendo, pero sí lo hubo en 1752: «Juan Arin de Echenique vecino del lugar de Erra- u... hace postura a las Herrerías de este Valle maior e me- nor de labrar fierro prometiendo arrendarlas para tiempo de diez años... por la cantidad de cuatro mil reales de arrien- do en cada uno de ellos...». Parece no obstante que fue otro el arrendador, pues en 1765 «dijeron dichos señores que los diez años del arriendo de las Herrerías mayor , menor de labrar hierro de este valle del señor Don Juan Francisco de Arizcun, vecino de este lugar se cumplen el día de hoy...» (Actas, folio 192, años 1757-1765). En 1778 ya no funcionaban estas instalaciones, pues «ha- biendo resultado el valle en su última Pro por auto en forma, se procediese a la venta de árboles que A

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